Colección Paco Máñez
1932. - “Puerto y Faro” en nuestra infancia era un binomio muy singular. Un largo brazo de piedras se estiraba desde la dársena y caminando bajo el vuelo de las gaviotas y salpicado
por las gotas que rompían en las rocas, llegar a la base del faro, octogonal y de sillería,
era cómo introducirse en el mar embriagado de brisa y salitre.
por las gotas que rompían en las rocas, llegar a la base del faro, octogonal y de sillería,
era cómo introducirse en el mar embriagado de brisa y salitre.
Construido según proyectos de Juan Bautista Llovera de 1867 y otros posteriores, tardaría años en su terminación, con modificaciones en su ubicación, para ser inaugurado en 1930 con su estela de luz que, en nocturno navegar, de norte a sur, iba a dibujar el agua.
El viejo faro, el Edificio del Reloj, la gitá.
Son muchos los recuerdos, sin desdeñar al pescador con caña junto a la Escalera Real y las gaviotas picando el agua en sus capturas.
Son muchos los recuerdos, sin desdeñar al pescador con caña junto a la Escalera Real y las gaviotas picando el agua en sus capturas.
Pozales, hilos y anzuelos sobre las rocas de la escollera paseando hacia el viejo faro.
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