Grabado de 1845. Vista parcial del claustro gótico.
El Convento de Santo Domingo es la historia viva de Valencia. Permanece desde el año de su creación en el siglo XIII, de cuya fábrica de inicio nada queda, pero con sucesivas restauraciones y hasta nuestros días. Convento de los Predicadores
en su origen, fue el rey Jaime I quien donó los terrenos
para su construcción.
En su fidelidad histórica, ha ido modificando su nombre para ser conocido después como Convento de Santo Domingo, y por ocupar en el mismo su sede como Capitanía General desde la implantación borbónica del XVIII, siendo en la actualidad el lugar que alberga el Cuartel General de la Fuerza de Maniobra, aunque popularmente sea reconocido con el nombre de quién fundara la orden de predicadores: San Domingo de Guzmán.
En su interior destacan el claustro gótico, de rica tracería y singulares capillas, del siglo XIV, que parcialmente vemos en un grabado de 1845; el Aula Capitular, magnífica por todo lo que encierra y del mismo siglo; la celda de San Vicente Ferrer donde vivió el santo; el claustro renacentista del XVII con acceso a la capilla de los Reyes, ésta de gran osadía arquitectónica construida en el siglo XV; el refectorio del XVI, en la actualidad Salón del Trono; la Capilla de San Vicente o Iglesia de Santo Domingo, que fue remodelada en el XVIII en estilo académico y, finalmente, el claustro neoclásico del siglo XVIII, entre otras muchas peculiaridades arquitectónicas y remembranzas de especial relevancia reunidas en el viejo convento.
La rica portada a la plaza de Tetuán, mandada construir por Felipe II, y su torre campanario del siglo XVII, completan todo un conjunto que no es más que la historia viva de la ciudad de Valencia.
Piedra más arte más fruto: así se cumple con la historia.
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