Corresponde a una imagen desaparecida por las aceras acuarteladas de nuestra ciudad. Los centinelas del cuerpo de guardia que de forma marcial, daban sus pasos ante la fachada
principal que en ocasiones estaba guarnecida por unas casetas donde
el centinela se protegía, cuando las inclemencias
del tiempo y el servicio lo aconsejaban.
principal que en ocasiones estaba guarnecida por unas casetas donde
el centinela se protegía, cuando las inclemencias
del tiempo y el servicio lo aconsejaban.
Las horas de guardia se sucedían durante las veinticuatro horas, pero su servicio fue reduciéndose, y la eliminación del servicio militar obligatorio fue su estoque final.
Continúan aún los cuerpos de guardia en el menor número de cuarteles existente, pero nada tienen que ver con los de antaño, al menos en su escenificación a pie de calle.
Aquello de marcar el paso, fusil al hombro, elevando el brazo con la marcialidad que la ocasión requería, cruzando sus cuerpos de uno a otro lado, daba vida a los acuartelamientos en cuya fachada rezaba un “Todo por la Patria”, en la actualidad pintado con cal, con el cuerpo de guardia en el interior atentos a las pantallas de un monitor.
Vemos una imagen de los años treinta, donde los centinelas con el fusil y bayoneta al hombro, cumplen su función ante la Capitanía General.
-¡A cuadrarse, atentos al paso del General! … decía el sargento de guardia.
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