1880 - En el camino de Cuarte, y antes de entrar por su puerta, a la izquierda, se encontraba esta vieja posada: La Posada del Sol. Habían varias dentro de sus murallas, pero ésta estaba fuera de ellas o en Cuarte extramuros o de afuera, como así se denominaba. La fotografía que antecede de 1880, seguramente, ya contempló el ataque francés, del Mariscal Suchet en 1808 a la ciudad. Un tosco cartel de madera, anunciaba el establecimiento.
Allí paraban los arrieros que desde las tierras manchegas del sur de Cuenca, y de la denominada “Manchuela”, venían a Valencia con sus cargamentos. Se alojaban en modestas habitaciones, y en sus pesebres a sus caballerías.
Otra fotografía del lugar, con toma más amplia, nos da idea de aquella Valencia con calles sin pavimentar. Enfrente de la Posada existió un Colegio Público de Niños y Niñas. Con el transcurrir de los años, esta vieja posada fue derribada. Se construyó una nueva finca, y la posada de nuestro relato, continuó con sus funciones de hospedaje en el nuevo inmueble. Ya empezaron a aparecer los camiones, y con ellos a desaparecer los carros y sus caballerías. Los arrieros se convirtieron en “chóferes”. Esas calles y sus alrededores, empezaron a llenarse de vehículos cargados con pacas de dorada paja de los cereales, de nuestra querida y admirada Mancha; aunque siguió nuestra Posada dando cobijo a esos conductores en sus habitaciones.
Vemos a la izquierda la nave, que hacia el interior del patio de manzana, tenía la Posada del Sol. En la calle Turia, se edificó una nueva finca, y nuestra nave de la fotografía, enseguida se conectó a esos locales, con lo que nuestra posada amplió sus locales. Llegado a éste punto, ya tenemos a la antigua Posada del Sol, con salida a la calle Turia. Siguiendo con su tradición, digamos “hotelera”, acondicionaron habitaciones en el nuevo inmueble, y siguió con esas funciones. Pasan los años, y los prebostes municipales, deciden trasladar los camiones a la zona del Mercado de Abastos, con lo cual, no pueden a acudir a nuestra Posada; pero sus propietarios deciden, convertirla en cochera, tanto para camiones como para coches. Entonces deciden dar los servicios propios de los garajes, como es lavadero, mantenimientos de vehículos, etc. Aquí es donde se diluye la función de la Posada del Sol, que desde sus inicios ha marcado esa zona de la calle Cuarte, con sus trasiegos arrieros.
Texto: GERMÁN GÓMEZ.
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