Ca. 1930 - El dominico Vicente Ferrer que llegaría a los altares al ser canonizado por un papa valenciano, Calixto III, tuvo tres facetas en su vida que le marcaron la impronta de la celebridad. Las de erudito teólogo, filósofo y predicador. Fue tal la consideración que de él se tuvo que fue decisivo en su participación en el Compromiso de Caspe y el cisma de Avignón, al igual que en su afán apaciguador entre las familias valencianas de los Vilaragut y los Centelles.
Tras una alucinación en su último tercio de vida se dedicó a la predicación por países europeos siempre en su Lengua Valenciana, en los que gracias a su don de lenguas era entendido en todos los lugares, realizando múltiples milagros entre sus apocalípticos sermones y ante los enfervorizados seguidores.
Nacido en la calle del Mar, vemos en la foto torno a 1930 el aspecto que ofrecía su casa natalicia, así como el “pouet de Sant Vicent” sito en su interior de 1926.
Archivo de Rafael Solaz
Muy interesante el comentario y las fotos. Me recuerdo de que había un pozo y también de lasaredes azulejadas, pero hace tiempo que lo visite . Un abrazo. Gregorio .
ResponderEliminar