Años 60 - Baratos y sin pinchazos. No hacían falta ni ruedas de recambios ni bombín. Tampoco matricula, ni siquiera placa municipal. ¿Gasolina? La de tus piernas; si acaso, desgastaban las suelas de los zapatos si querías mayor velocidad, pero sin problema alguno por superar el límite. Era por excelencia uno de los juego de calle con mayor predicamento y que por la escasez de tráfico rodado eran muchos los lugares donde podías disfrutar al aire libre, sobre todo cuando alargaba el día después del cole. Con la invasión de los coches, que convirtieron en territorio hostil el lugar de nuestros juegos, su uso fue desapareciendo calle a calle, lugar a lugar, hasta limitar su disfrute al de la competición infantil en zonas acotadas por días de fiesta, como el ejemplo de la foto de años más tarde cuando finalizaban los sesenta en la calle Norte. Han pasado los años y las ruedas de roces se han sustituido por las de radios y cámara hinchable; quizás baratas, pero con pinchazos y el necesario bombín, además del casco y el ojo al tráfico que si te descuidas, te pela. Otros tiempos aquellos de los que los niños de ahora, de siempre curiosos, preguntan: ¿Qué es eso?
La época que los niños, necesitaban juguetes, si no los tenían se los fabricaban. Que sencillos, que baratos, que divertidos, que ingeniosos. Un palo con la cruceta, abajo dos cáncamos o similares con un hierro que cruzaba a otro, el de la plataforma, dos rodamientos viejos de coches, desechados por un mecánico de coches, ensamblado y a correr.........por la acera y por la calzada..... y duradero, !para que mas!, la libertad está delante.
ResponderEliminarGermán Gómez
Germán, cuánta razón tienes. Y sin ponerle puertas al campo.
ResponderEliminarUn abrazo