Archivo Municipal
Ca. 1950 - La palabra almudín es originaria del árabe, almud, la unidad de granos que se utilizaba para su actividad mercantil. Y el edificio que lleva su nombre fue el más importante de la ciudad para este cometido.
Con anterioridad a su construcción existieron otros de los que se tienen constancia, aunque de menor entidad, como el emplazado junto a la Catedral cuando era Mezquita en época musulmana.
El que en la actualidad se utiliza como Sala de Exposiciones, fue de propiedad Real cuando su construcción en el siglo XIV, con posteriores ampliaciones durante el XV en las que intervinieron los más importantes maestros de obra del momento, siendo los más relevantes Francesc Baldomar y Pere Compte, cuando ya había pasado el almacén de granos a depender de los Jurados de la Casa de la Ciudad para su mejor distribución a la población.
Durante los siglos XVI y XVII y en sus cuidados, fue embellecido su interior con pinturas en sus paredes que simbolizan todo lo relacionado con el trigo y a la sazón con los Gremios, así como una rica imaginaría religiosa.
A principio del siglo XX se convirtió en el Museo Paleontológico de la ciudad, actividad a la que se dedicó durante más de ochenta años con el aspecto que nos ofrece la foto de los años cincuenta.
En los años noventa del pasado siglo se procedió a una esmerada restauración, pasando su uso a la presentación de exposiciones temporales, abriendo sus puertas a la plaza de San Luis Beltrán para darle mayor relieve.
Con anterioridad a su construcción existieron otros de los que se tienen constancia, aunque de menor entidad, como el emplazado junto a la Catedral cuando era Mezquita en época musulmana.
El que en la actualidad se utiliza como Sala de Exposiciones, fue de propiedad Real cuando su construcción en el siglo XIV, con posteriores ampliaciones durante el XV en las que intervinieron los más importantes maestros de obra del momento, siendo los más relevantes Francesc Baldomar y Pere Compte, cuando ya había pasado el almacén de granos a depender de los Jurados de la Casa de la Ciudad para su mejor distribución a la población.
Durante los siglos XVI y XVII y en sus cuidados, fue embellecido su interior con pinturas en sus paredes que simbolizan todo lo relacionado con el trigo y a la sazón con los Gremios, así como una rica imaginaría religiosa.
A principio del siglo XX se convirtió en el Museo Paleontológico de la ciudad, actividad a la que se dedicó durante más de ochenta años con el aspecto que nos ofrece la foto de los años cincuenta.
En los años noventa del pasado siglo se procedió a una esmerada restauración, pasando su uso a la presentación de exposiciones temporales, abriendo sus puertas a la plaza de San Luis Beltrán para darle mayor relieve.
Como siempre muy interesante la explicación , Julio, una de las veces que estuve en Valencia , vi una exposición en su interior . Me parece un edificio que aunque tenga unas líneas sencillas , para mi es muy interesante , pero es una opinión de profano. Gracias y buen día . Gregorio
ResponderEliminarGregorio, en mi opinión, quizá sea el mejor sitio para las exposiciones temporales que se celebran. Céntrico, histórico y con un interior amplio y muy interesante.
ResponderEliminarUn abrazo