1930 - Corría el año 1927 cuando se dejó en suspenso por una Real Orden un conflicto entre el Ayuntamiento de Valencia y los huertanos por un problema de aguas. Se decidió entonces realizar perforaciones en los términos de Burjasot y de Valencia, siendo el lugar elegido en la capital los terrenos próximos a donde se habían celebrado la Exposición Regional de 1909.
La perforación del suelo cercano a la Alameda comenzó en 1929 y cuál fue la sorpresa que al superar la profundidad de los seiscientos metros, en julio de 1930, comenzó a salir agua termal a una temperatura por encima de los 40º con un caudal de 25 litros por segundo. Y con tal fuerza, que alcanzó los quince metros de altura. De inmediato se taponó su salida, lo que no evitó que se creara en la zona una pequeña acequia termal, al tiempo que corrió por la ciudad la voz, hasta entonces infundada, de la salubridad de sus aguas. Ello hizo que quienes padecían de dolores reumáticos y otras dolencias acudieran a su remedio, lo que hizo que se propagaran toda clase de rumores, incluso de anuncios de curaciones inmediatas.
Y tras analizar la benignidad de sus aguas, el Ayuntamiento tomó la decisión de construir un balneario termal. En la actualidad, lo que fue el Asilo de Lactancia de la Tabacalera, ofrece los servicios de unas aguas termales que siguen manando en la misma cantidad que en el año de su descubrimiento. Vemos en la foto cómo se apiñan los valencianos en torno al calor de las aguas poco tiempo después de que surgieran del fondo de la tierra.
La perforación del suelo cercano a la Alameda comenzó en 1929 y cuál fue la sorpresa que al superar la profundidad de los seiscientos metros, en julio de 1930, comenzó a salir agua termal a una temperatura por encima de los 40º con un caudal de 25 litros por segundo. Y con tal fuerza, que alcanzó los quince metros de altura. De inmediato se taponó su salida, lo que no evitó que se creara en la zona una pequeña acequia termal, al tiempo que corrió por la ciudad la voz, hasta entonces infundada, de la salubridad de sus aguas. Ello hizo que quienes padecían de dolores reumáticos y otras dolencias acudieran a su remedio, lo que hizo que se propagaran toda clase de rumores, incluso de anuncios de curaciones inmediatas.
Y tras analizar la benignidad de sus aguas, el Ayuntamiento tomó la decisión de construir un balneario termal. En la actualidad, lo que fue el Asilo de Lactancia de la Tabacalera, ofrece los servicios de unas aguas termales que siguen manando en la misma cantidad que en el año de su descubrimiento. Vemos en la foto cómo se apiñan los valencianos en torno al calor de las aguas poco tiempo después de que surgieran del fondo de la tierra.
Fotos del Mundo Gráfico de Vidal.
(Con mi agradecimiento a Paco Mañez)
Sumamente interesante. A pesar de haber nacido en Valencia, y vivir siempre aqui, nunca lo habia oido.
ResponderEliminarGracias por enseñarnos cada dia cosas tan bonitas
Amparo, los baños estuvieron funcionando en los años 50-60, no sé decirte con exactitud. Los cerraron y desde hace unos pocos años están funcionando.
ResponderEliminarSAludos.