Son los años 60 y por la proximidad de las fiestas navideñas Casa Gil y Lanas Aragón les quieren felicitar e invitar a realizar sus compras.
En la plaza del Caudillo un gran abanico con motivos del Nacimiento ilumina completamente su fachada. Para el que venga de fuera tendrá que saber que podrá recorrer sótano, planta baja, entresuelo y primera planta, y si vienen por la tarde y quieren merendar, en el sótano podrán hacerlo en la cafetería. Imposible pasar por delante sin darse cuenta ya que los grandes escaparates llaman la atención a la vez que los expositores sueltos acristalados.
Otros preferirán pasarse por Lanas Aragón, por la calle Espartero, que también les espera la llegada de la Navidad. Unas medias para la abuela, al menos de 40 deniers por eso de que abrigarían más la pierna. Para las tías, que eran dos hermanas, y además avezadas en labores, unos hilos para la colcha de ganchillo que querían hacerse, estaba muy de moda, al menos los suficientes para que cada una le diera comienzo. Al marido le hacía falta un traje nuevo, esto podría ser, pero lo más seguro que tendría que conformarse con otra corbata como todos los años. Decían que iban a hacer un desfile de modelos con lencería fina unas semanas antes, así que para la sobrina esperaría, por saber lo que se llevaba esta temporada de firma española y algo de eso le caería porque estaba próxima a casarse.
Texto de Amparo Zalve


No hay comentarios:
Publicar un comentario