martes, 23 de septiembre de 2025

HABLEMOS DEL PORQUÉ DE LA ÚLTIMA PUERTA DEL REAL


Gracias al fotógrafo francés Louis Eugène Sevaistre hoy podemos admirar seguramente la fotografía más antigua del Puente y Puerta del Real que hubo en Valencia y de manera animada, en un día cualquiera y con dos personas caminando, al haberla atravesado para salir del interior de la ciudad amurallada. Agradecidos a este fotógrafo que realizó una serie de estereoscópicas de cuatrocientas fotografías en su viaje por España en 1857. Luego con esta fecha podríamos ubicar la foto.

Descifrar una fotografía significa intentar visionar todos los componentes que la forman en el preciso momento de la época y lugar.

Veamos un puente de piedra caliza que cruzaba el río Turia desde donde había estado el Palacio Real murallas afuera, hasta llegar a una de las puertas por la que se entraba a la ciudad amurallada. La describiría como fotografía de mañana por la luz que viene desde el mar, desde el este, dejando entreverse a través de las pequeñas bancadas sin respaldo, avanzando sobre la sombra del pretil y llegando a inundar el camino hasta el oto pretil. Dos distinguidos caballeros de la época, parece de conversación, debían haber cruzado la entrada central de la Puerta del Real dirigiéndose por la ruda acera de losas grandes de piedra del puente a la incipiente Alameda, con la suerte de que en ese momento no pasara ningún carro o carruaje, por eso de no ser salpicados de tierra y suciedad porque a la vista está el estado del camino sobre el puente.

Ahora toca preguntarse sobre cómo llegó ahí esa puerta, porque después de alguna otra fue la última que estuvo hasta su derribo.

El detalle principal es que antes de lo que se ve había una puerta estrecha y poco engalanada y que por ella se entraba a la ciudad a la Plaza de Santo Domingo salvando un declive desde mitad del puente, tan pronunciado como el de una empinada colina. En el año 1784 se celebraba la que le llamaron la Fiesta de los Infantes, que era ni más ni menos que la celebración del nacimientos de los Infantes gemelos. Vamos otra vez a detenernos y visionar el momento de la fiesta. Se programaron dos castillos de fuegos artificiales, uno seguido de otro. El primero vemos como lo disparan delante del Palacio del Real. La gente agolpada lo más cerca posible porque luego había que desplazarse rápido hacia al otro por el puente. Termina el primer castillo y corren todos a empujones a través del puente llegando a la estrecha puerta que había en aquel momento para entrar en la Plaza de Santo Domingo que estaba a punto de dispararse el segundo. La tragedia estaba escrita, pero si a eso se añadió que no sé si sería por broma o por otra cuestión, una cuerda tendida de parte a parte del puente en el comienzo de aquella empinada bajada empeoró la situación precipitándose unos sobre otros, con el resultado de unas cuantas muertes.

Debido a este incidente se construyó esta puerta de la fotografía, colocándose una inscripción indicando el acontecimiento en la misma puerta, debió ser en una de las rectangulares que se ve, porque en la central y sobre el atrio coronado por el escudo de armas de Valencia se leía en una lápida esta inscripción: “Reinando Carlos IV y María Luisa de Borbón. Año de 1801”.

Texto de Amparo Zalve

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