A través de una fotografía, con sus componentes, nos lleva a descubrir cómo en un paso no muy lejano del tiempo la vida cambia con sus calles, los edificios desaparecen para dar paso a otros nuevos, y de todos estos cambios lo curioso es que a veces nos damos cuenta que es en la misma generación en la que estamos viviendo.
Es el caso de estas tres fotografías que se separan poco más de treinta y un años entre ellas. Y ahora veremos el porqué.
Al fondo la Plaza de América. Tras pasar el puente de Aragón existen en la actualidad tres edificios que se verían a la derecha de la fotografía de portada. Solo está uno de ellos. Es el edificio Lorente, el de las torretas . Estaba porque terminó su edificación en el año 1929, por Joaquín Rieta, recayendo una fachada a la calle Sorní y otra a la calle Cirilo Amorós. Hay que saber que el puente que se ve todavía no estaba cuando el edificio fue terminado, ya que este puente es del año 1933. Y sabemos otro dato más, que la foto fue posterior a 1933, pero no anterior tampoco a 1951. Y ahora sabremos esto.
Tardó veintidós años en hacerle compañía otro edificio singular, del que ya se ve en la fotografía segunda. Es el edificio Jiménez de Laiglesia, compartiendo la calle Cirilo Amorós con el anterior en fachada. La otra fachada a la calle Serrano Morales. Acabado en el año 1951.
Y en la última fotografía ya aparece un tercero con el que dista bastante tiempo del primero, treinta años, pero con el segundo ya no tanto, tan solo ocho años, y eso que nada tiene que parecerse en arquitectura y estilo el edificio Torre de Valencia con finalización en 1959.
Por eso decía al principio que en una misma generación, en solo treinta años estos tres edificios cambiaron la fisonomía de la plaza de América.
Texto de Amparo Zalve
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