Los “Paredons del riu”, esos diques de mampostería no eran lo bastante consistentes ni alcanzaban en extensión como para defender la ciudad de las embestidas del Turia. Tras el desastre que provocó la riada del año 1589 y con el fin de proteger Valencia de los posibles azotes que volvieran, se creó la Fábrica Nueva del Rio, y es el momento que se construyeron los actuales pretiles, como una valla de dura piedra.
El tiempo que se tardó en tener todo el borde del río terminado duró sobre doscientos años.
El primer tramo fue el que iba desde la Puerta del Real hasta la de la Trinidad, que fue en los años 1591 y 1592. A este ramo de pretil le siguió otro desde la Puerta de la Trinidad hasta la Puerta del Mar.
Había que cubrir desde la Cruz de Mislata hasta Monteolivete y el trazado comprendía siete kilómetros. La última fase se terminó en 1729 que fue desde la Puerta del Mar hasta su final.
En la orilla opuesta del río el pretil se prolongaría menos. Comienza en el Puente Nuevo, así se llamaba, por ser el último puente construido hasta esos momentos, luego se le llamó Puente de San José, que ya era de canterería desde el año 1606, porque anteriormente fue de madera como muchos otros. Se prolongaba hasta poco después del Puente del Mar frente a San Juan de la Ribera, que hacían dos kilómetros, y se terminó la obra en el año 1789.
Estos pretiles hacían frente a las avalanchas fluviales además de amenizar por su agradable paseo. Desde el Puente Nuevo hacia Mislata se dominaba la bonita huerta de Campanar, y mirando a la otra parte del río habían bonitos caseríos medio ocultos por una exuberante frondosidad de árboles
Archivo Municipal
Como previsión del descanso de mayores o del paseante que quisiera disfrutar del panorama se dispusieron cómodos asientos y bancos de piedra en los sitios donde habían mejores vistas, y se pusieron inscripciones y emblemas. Cuenta de ello es “El Navío”, en el Paseo de la Petxina, aunque actualmente se encuentra frente al Palacio del Temple. Su nombre se debe a que adopta la forma de la popa de un barco. Otro banco tenía la forma de proa y llevaba la inscripción “Sisto ut sistas”, queriendo decir “Estoy aquí para que descanses”, pero desafortunadamente ahora este último ya no existe.
Archivo Municipal
Otro monumento del pretil y que también se instaló primitívamente en el Paseo de la Petxina era el dedicado a la diosa Isis que se encuentra en una de las tres lápidas incrustadas en el monumento.
Monumentos para la devoción salpicaban lo largo del pretil como el de San Pedro Pascual, como también un casilicio dedicado al Santísimo Cristo del Salvador, cuya iglesia cae muy cerca, y se dice que en este punto y flotando en el río se detuvo la sagrada imagen, que vino desde Berito a Valencia.
Texto de Amparo Zalve
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