miércoles, 15 de enero de 2025

EL VIEJO ASPECTO DEL PALACIO ARZOBISPAL

 

Cuando la conquista jaimina el lugar donde en la actualidad se encuentra el Palacio Arzobispal se correspondía con una alhóndiga de trigo, vecina a la mezquita mayor, siendo el monarca Jaime I quien de inmediato otorgó su propiedad a uno de los nobles que le había acompañado en su cruzada. 

Pero fue por unos pocos años, pues en 1241 pasó a poder del Obispo de Valencia para la construcción de su morada. Fábrica que en lo sustancial se culminó en 1279; tras constantes innovaciones en 1357 se construyó un arco para su conexión con la Catedral, en una perspectiva que con el paso de los siglos aún se mantiene.

Pero la imagen decimonónica que observamos del Palacio Arzobispal se mantuvo hasta julio de 1936, cuando el edificio estuvo ardiendo durante tres días cuyas llamas convirtieron al lugar en zona ruinosa.

Terminada la guerra se proyectó su reconstrucción, y como no podía ser de otra manera lo fue de nueva planta, salvo el arco que como pasadizo catedralicio se mantiene en la actualidad.

Las obras de su construcción duraron cuatro años, entre 1941 y 1945. Un periodo cortísimo si lo comparamos con los treinta y ocho años que fueron necesarios para la construcción de su primera edificación.

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