Se trata sobre una fotografía de portada de 1920 en la que el reflejo de los casilicios del puente del Mar hacen de ella una imagen idílica a la vez que nostálgica en un río que fue.
Casilicios con las figuras de la Virgen de los Desamparados y San Pascual Bailón un montón de veces reparadas y renovadas debido unas veces a las crecidas del río, otras por actos vandálicos, como el de la Guerra Civil e incluso en otras ocasiones por la acción de algún rayo que otro, como el del año 1709.
En este momento el puente aún no tenía escalinatas ni los pináculos con bancadas a ambos lados.
Al principio solo tenía un casilicio que en su interior contenía una cruz, y sobre el tejadillo del susodicho estaban las figuras de tres santos, San Vicente Ferrer, San Vicente Mártir y San Juan Bautista. Un rayo destruyó la cruz y fue reemplazada por la imagen de la Virgen de los Desamparados, y los santos ya no volvieron más a ocupar el lugar.
Pero la Virgen no tardó en tener compañía y en el año 1677 San Pascual Bailón tuvo su casilicio frente a ella, volviendo de nuevo al reflejo sobre el agua del río.
Texto de Amparo Zalve
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