martes, 28 de mayo de 2024

PUMBY, EL GATO VALENCIANO DE JOSEP SANCHIS GRAU

                                          
                                                                
Colección propia

Un lindo gatito, negro, de morro blanco, que un día cruzaron camino, se observaron, y que sin querer lo bautizó en ese momento con el nombre de Pumby: “Apártate Pumby, que me voy”. A partir de entonces se quedó en él, en Josep Sanchis Grau, y en 1950 debido a un infortunado accidente, el tiempo que permaneció hospitalizado le sirvió para hacer caricaturas de aquel felino que le miraba y al que había puesto nombre en el mismo instante, como si le hubiera venido por inspiración divina.

Josep Sanchis Grau, icono del tebeo español de mitad del siglo pasado, nació en Valencia. Gran admirador de Walt Disney a los doce años ya estaba en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios, especializándose en dibujos para historietas de niños y jóvenes y escribiendo sus propios guiones. El avispado joven, para obtener dinero, en 1948 a los dieciséis años ya estaba haciendo sus primeras incursiones en el mundo del dibujo, con trabajos de poca monta, hasta que en 1954 trabajando ya para la revista “Jaimito”, en el número 260, introduce por primera vez a su recordado gato, aunque todavía no cita su nombre. Hasta el momento su personaje en “Jaimito” había sido El soldadito Pepe.
                                       
                                              
1954. Ejemplar 260 de la revista Jaimito

Llegado el año 1955, el 23 de abril, lanzó una revista con el nombre de “Pumby”. Un gato de grandes ojos y de orejas puntiagudas, con un gran cascabel colgado del cuello y pantalones cortos que fueron verdes en sus primeras aventuras, para volverse rojos en las siguientes. Un minino que sembró de creatividad a su autor derrochando fantasía en sus aventuras. El gato no se privaba de nada, viajaba por mares, en el tiempo, se enfrentaba a las fuerzas de la naturaleza, y siempre con la inestimable ayuda de dos superamigos: El profesor Chivete y Blanquita.
                                 
                           
Ejemplar de 1969 donde se ven los datos de la editorial    

Poniendo toda su confianza en la Editorial Valenciana se vendieron más de 1000 números que hizo las delicias en la lectura de niños y jóvenes de los sesenta. Al Pumby se le añadió Super Pumby, algo parecido a Superman por sus super poderes y algo también estilo Popeye, con las espinacas, porque su brebaje mágico era zumo de naranja para hacerse más fuerte, por algo era valenciano.

Este gatito no acabó muy bien. La Editorial Valenciana desapareció en 1984. Los derechos de su personaje quedaron en manos de los herederos de la editorial, hasta que finalmente y tras varios juicios, en el año 1999 volvieron a él.

¡Que levante la mano quien no haya ojeado un tebeo de Pumby.!

Texto de Amparo Zalve

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