miércoles, 27 de marzo de 2024

LA CALLE JÁTIVA LUCIRÁ NUEVO ASPECTO

 

Archivo Municipal

1927 - En la cabeza de los munícipes estaba el cómo iba a ser la futura plaza Castelar, llamada a configurarse de forma triangular; había desaparecido la Bajada de San Francisco y la fachada del nuevo Ayuntamiento reinaría en la plaza frente al nuevo Palacio de Correos y Telecomunicaciones, en lado angular al edificio de la Telefónica que se estaba culminando.

El traslado de la Estación del Norte a la cercana calle Jativa había posibilitado el nuevo aspecto de la plaza donde la tortada de Goerlich esperaba su puesto. La segunda mitad de los años veinte fue frenética en nuevas construcciones en una zona llamada a convertirse en el centro comercial, lúdico, bancario y social de la ciudad, mientras que la burguesía valenciana se ufanaba en la zona como el más óptimo lugar de residencia.

No podía quedarse atrás en aquel objetivo la calle Játiva, frente a la Plaza de Toros y la nueva Estación del Norte. A la retícula entre la calle Pi y Margall y la avenida Amalio Gimeno le había llegado su hora y en noviembre de 1927 el alcalde Marqués de Sotelo cito en reunión a todos los propietarios de este tramo para anunciarles la necesidad de los derribos, con el fin de levantar nuevos edificios en consonancia con los que se estaban construyendo en la plaza consistorial.

La asistencia de los interesados fue masiva, recibiendo el alcalde por parte de ellos toda clase de facilidades. Reunión a la que solo faltó don Enrique Monforte, propietario de la casa de la calle Játiva lindante con la Avenida Amalio Gimeno, que por su importancia fue citado de inmediato.

Edificio este que fue reemplazado por el de la Unión y el Fénix, construcción de Enrique Viedma que entró en servicio en el año 1933. El cambio en la zona fue radical junto al Hotel Metropol en el otro extremo del arquitecto Francisco Almenar, que había sido inaugurado un par de años antes. Y el City Bar en la esquina de la calle de Ribera: lugar bohemio de los años cincuenta y sesenta.

La Valencia de los primeros años de la década de los treinta estaba en ebullición y la antigua zona torno al Convento de San Francisco derribado en su totalidad en la última década del XIX, con su vecina Estación del Norte, iba a ser el punto de llegada de los visitantes por ferrocarril.

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