sábado, 27 de enero de 2024

MAÑANA DE DOMINGO EN EL PUERTO

 


Esta fotografía no carece de nada para los que en los años sesenta, transeúntes de un soleado día de domingo, solíamos frecuentar el puerto de Valencia, al cruce de familias que como era de costumbre era inevitable esperar las famosas embarcaciones “Golondrinas” para rematar la mañana después del recorrido por el paseo que llevaba al faro.

A la vista está el icono de los automóviles de la época, el pequeño Seat 600 que algún cabeza de familia, porque así se le llamaba entonces, había aparcado junto al Edificio del Reloj o mejor dicho la Estación Marítima construida para cubrir los servicios de las líneas regulares de viajeros.

Dirección hacia los Tinglados, cuya ornamentación los convertía en emblema del mar y de la agricultura, estaban al paso las taquillas para coger las embarcaciones que nos llevarían hasta el pequeño rompeolas de “La Chitá”, y de vuelta a la Dársena. Era toda una aventura subir en esas embarcaciones que anunciaban bebidas refrescantes de naranja.

Entre trozos de maroma, de sedal, de restos de cajas de madera, y olor a brea y sal se pasa la mañana de domingo hasta finalizar recorrido en el edificio de la Aduana Marítima, tal y como se ve al fondo de la fotografía.

Texto de Amparo Zalve

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