Este es el aspecto que ofrecía la zona del Pont de Fusta tras la riada de noviembre de 1897 y después de muy pocos años de vida.
Pont de Fusta construido en 1893 tras la inauguración de la Estación de Santa Mónica (su primigenio nombre) con un piso a base de tablones de madera de Flandes con un ancho de tres metros. Puente que fue reconstruido con la misma traza en 1898 y con más larga vida, hasta la riada de 1949, cuyas aguas del río Turia volvieron a su destrucción. Reconstruido otra vez de madera aguantó hasta la avenida del año 1957, para volver a repetirse su fábrica pero en esta ocasión a base de cemento. Ello no fue óbice para que su nombre, como “pont de fusta”, se haya perpetuado hasta nuestros días, pero con su actual nuevo diseño donde se alterna el paso peatonal decorado a base de maderas. con otro en paralelo de mayor amplitud y exclusivo para los vehículos.
La fotografía de Martínez Aloy nos ofrece la Estación de Santa Mónica a la izquierda y el Convento de la Trinidad a la derecha, situados "a la otra parte del rio", que flanquean un friso de antiguas casas.
"A esta parte del rio" se observa lo muy poco del puente que resistió la fuerza de la aguas de aquel lejano año, lo que nos ilustra de su sencillez, pero que de forma directa tenía la misión de posibilitar el paso de los usuarios del trenet desde la calle Muro de Santa Ana a la misma estación y viceversa.
Fuente: El legado fotográfico de J. Martínez Aloy
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