domingo, 2 de julio de 2023

LA PRIMERA DIESEL-ELÉCTRICA ESPAÑOLA A FUENLABRADA


La 314 en Xàtiva.- Vía Libre septiembre 1985.- Manuel Galán/J. Carlos Casas.

En los comienzos de los años cincuenta, con la economía nacional ligeramente mejorada respecto al decenio anterior, cobró ímpetu la realización de proyectos para renovar la anticuada tracción, mayoritariamente de vapor en la red ferroviaria de ancho ibérico, que fue formada en 1941 como Red Nacional con la unión de todas las compañías privadas o semi estatales.


La 314-001 en Albuixech.- Foto Stadler.

Ante el estado de la industria española, que no podía actuar con rapidez, compraron 25 locomotoras de vapor del tipo 1-4-1 (cuatro ejes motrices entre dos biseles, uno en cada extremo) a la North British Locomotive Co. y su compromiso de suministrar los elementos para que pudiera construir cien la industria española: Macosa, Material y Construcciones y Balbock&Wilcox. Empresas que con licencia de la británica fabricaron posteriormente 117 más. Con 242 locomotoras Mikados, entre compradas y fabricadas entre 1953 y 1960, fue la serie con mayor cantidad del parque ferroviario español, pero también la peor amortizada por los pocos años de utilización.


Fuenlabrada.- 2022.- vialibre-ffe.com.

En 1954 la norteamericana ALCO (American Locomotive Company) envió a título de ensayo o prueba una locomotora diesel-eléctrica de 1600 CV de potencia, cuyo funcionamiento gustó a los técnicos de Renfe y motivó que inicialmente le compraran 17 incluida la de prueba, y 25 de mayor potencia, 1980 CV, en 1958. Y todas incluidas en el Plan de Ayuda Americano.

Sin embargo, Renfe a finales de los años cincuenta, cuando aún estaba recibiendo las últimas de vapor contratadas, y posiblemente al comprobar el rendimiento de las norteamericanas, realizó estudios de un Plan Decenal de Modernización para sustituir con locomotoras diésel-eléctricas las de vapor, con fecha de finalización en los primeros años setenta.

Ante ello, y con lógica búsqueda de cartera de pedidos, MACOSA construyó en su factoría de València un prototipo con licencia y motorización de la estadounidense General Motors, que denominó 1401, y se la entregó a Renfe en 1963 para que la probara, y comprobaran sus técnicos que la industria de aquí estaba en perfectas condiciones competitivas con las de otros países para construir locomotoras modernas.


Cabanyal.- Alco con un naranjero.- diciembre 1964.- Rafael Portolés.

Con 1.425 CV de potencia, velocidad máxima 125 kilómetros por hora, más rápida que las ALCO, sus 85 toneladas de peso repartidas en seis ejes le permitían circular por líneas con ligeros raíles y puentes metálicos antiguos. Amplio grupo al que pertenecían entonces las de Xàtiva-Alcoy, Silla-Cullera, Llíria por Manises, Valencia-Utiel, Alicante-Murcia y Albatera-Torrevieja, en la actual Comunidad Valenciana.

Realizó numerosos servicios por líneas del Corredor Mediterráneo, los técnicos comprobaron la eficacia de los motores de dos tiempos, y por ello Renfe le compró diez locomotoras a General Electric y contrató con MACOSA la fabricación de sesenta con motores norteamericanos, cantidad que aumentó posteriormente con 23 en dos pedidos adicionales, además de comprarle el prototipo en 1966. Todas con mayor potencia que la probada y con calderín de calefacción.

La 1401 (Renfe 314-001) fue dada de baja en 1991 tras una importante avería, ya que no les interesaba repararla por su vejez, y la apartaron, con futuro incierto, en los Talleres Generales de Villaverde (Madrid). Pero seis años después GEC-Alsthom, sucesora de Macosa, la compró para conservarla en su parque ferroviario de Albuixech (València) junto con la Mikado de vapor 2326 y la Alsthom eléctrica 8605, como representantes de locomotoras de los tres tipos de tracción construidas en la larga historia de la empresa ferroviaria.

Y allí han estado hasta que recientemente Stadler, que en enero del 2016 compró Vossloch, sucesora de Alsthom, ha adecentado exteriormente las tres locomotoras y las ha domado a la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, quien las ha cedido como subsede del Museo de Delicias al Ayuntamiento de Fuenlabrada (Madrid), que las ha depositado en terrenos de la Universidad Juan Carlos I.

Ignoro si las ofrecieron con anterioridad al Gobierno Valenciano o a la Universidad Politécnica, con la que tiene mucha relación la citada Stadler.

Como el museo valenciano del transporte es una entelequia desde varios decenios atrás, no nos tienen en cuenta.

Como positivo que el clima seco de Fuenlabrada les perjudicará menos a las tres locomotoras que el marítimo de Albuixech.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

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