Inauguración de la Finca Roja
Erase una vez ... un arquitecto que de su vida personal poco se sabe, pero sí de las obras que nos dejó en la ciudad de Valencia. Un arquitecto para la era modernista.
Enrique Viedma Vidal nació en la Valencia del 1889, un día de enero cuando todavía la ciudad era fría como correspondía. Marchó a Barcelona para cursar estudios de arquitectura, y por lo que parece debió quedar encantado por el arte de Gaudí. En 1915 ya estaba titulado. Esperó allí dos años para volver a su ciudad natal y en 1917 ya empezó a ejercer su profesión con algunos encargos que recibía para edificios particulares. Durante los años 20 y 30 realizó obras de envergadura para Valencia.
En enero de 1928 se estaba inaugurando el Mercado Central, y aunque no lo empezó él, si que lo acabó junto al arquitecto Ángel Romaní, eso es lo que tiene que una obra dure tanto.
Ese mismo año, sin perder el tiempo, fue el artífice de la “Casa del Chavo”, que se destinó para el antiguo Instituto Nacional de Previsión.
Al siguiente año, 1929, proyectó el edificio de La Unión y el Fénix, aunque las obras fueron entre el 31 y 38, y a su vez también en el mismo año diseñó el Banco Español de Crédito que se ubicó en la calle Pintor Sorolla.
En 1930 dirigió la construcción de las aduanas del puerto.
En 1931 se encargó de los llamados Chalets de la prensa o Chalets de los periodistas. En la fotografía inferior se ve a la derecha el inicio de la construcción de uno de ellos junto al Palacio de Ripalda, en aquel momento Paseo de Valencia al Mar.
En 1933 llegó su obra más particular, la Finca Roja, en una zona del ensanche valenciano. Una fuerte y monumental obra en la que soltó todo lo que le gustaba, todo lo que le había inspirado por los cuatro costados. Un poquito de la moda en las ciudades europeas, como Ámsterdam o Viena, otro cachito de su admiración por Gaudí y el alto poder del modernismo que tanto le atraía. Aprovechándose de la ley de Casas Baratas de 1925 para obreros, 378 viviendas que las dotó de todo tipo de modernidades, como ascensores, baños completos o persianas americanas, con un gran patio central para el asueto de los residentes. Usó materiales autóctonos como el ladrillo rojo y la cerámica vidriada. (Inauguración en la foto de portada)
También mencionar , como detalle popular, que fue el artífice de dos cines de barrio del momento, el Lírico y el Moderno. Y en 1951 fue académico en la Real Academia de bellas Artes de San Carlos.
Texto de Amparo Zalve
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