El 20 de mayo de 1923 el Valencia CF inaugura su nuevo campo tras abandonar el muy cercano de Algirós, que había utilizado desde su fundación en 1919, y en esta ocasión junto a la acequia de Mestalla que le daría nombre, con un partido frente al Levante FC y con la ejemplar donación del producto íntegro de la taquilla a la Asociación Valenciana de Caridad.
Y así lo entendió una afición que llenó el campo y que tras su bendición, a las cuatro de la tarde, dió comienzo el partido con saque del propio alcalde Sr. Artal y con victoria para el Valencia por 1-0 con gol de Montes, el jugador de Benicalap, que pasaría a la historia del campo por ser el primer jugador que dio movimiento al marcador de sus gradas.
Un nuevo estadio para la ciudad con capacidad para 17.000 hinchas, diseñado por el arquitecto y socio del club Francisco Almenar Quinzá con un terreno de tierra con dimensiones de 100 metros de largo por 59 de ancho. Para el césped hubo que esperar unos tres años.
Vemos la foto del campo rodeado de huertas con la acequia junto al lateral sur y con una sencilla grada cubierta, mientras en el lado derecho vemos la calle del General Pando como zona urbanizada desde la primera década del siglo, en un acto político debido a un mitin de los años treinta. Las vías de la “estación churra” cruzan las huertas en dirección norte para adentrarse hacia las tierras de Aragón.
En la década de los cincuenta se elevaron sus graderíos con unas nueva tribuna y anfiteatro en segunda planta, que tras su modernización de finales del pasado siglo por deseo de su presidente Paco Roig, ha llegado a nuestros días a la espera de su derribo, una vez entren en juego las nuevas instalaciones del Nou Mestalla, con unas obras paralizadas desde hace más de una década, debido a las promesas incumplidas de un propietario del lejano Singapur, para quien el Valencia CF no significa más que un capricho.
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