sábado, 1 de abril de 2023

ADOQUINES Y BARRO


De la foto atribuida a Laurent ante la iglesia de Santa Catalina sobre 1870, entre otras singularidades, vemos el adoquinado de la plaza de Santa Catalina con la vecina plaza de la Reina, que tomaría este nombre a partir de 1878 en honor de María de las Mercedes, esposa de Alfonso XII, y con anterioridad calle de la Barreteria que unía la calle de San Vicente con la del Mar.



Contrasta con la ausencia del adoquín en primer término, toda vez que a partir de "La Gloriosa" de 1868, la Junta Municipal se decidió por el derribo del convento de Santa Tecla, entre otros, y que por el esponjamiento de la zona se hiciera posible la apertura de una nueva calle de salida de la ciudad, lo que nos alerta la foto de su reciente destrucción y en fase del adoquinado de la zona.

Así fue, con la apertura de la calle de la Paz, que en un principio se denominó como de la Revolución, de corto recorrido en su primera urbanización, llamada a alcanzar tanto el Parterre como la Glorieta.

Vemos en la foto la presencia de tres carros, el modo de transporte en aquellos años, cuando el deseo por el automóvil no era más que una ilusión para la clase pudiente de la ciudad.

Destaca la indumentaria femenina, de largas faldas y hasta el suelo, sin temor alguno a que por la presencia del barro en las calles se adhiriera a su ropa, en especial por la destreza que tenían para alzarse la saya lo que fuera necesario y evitar así su manchado.

Al fondo la plaza de Santa Catalina, uno de los lugares de mayor trafago urbano por la proximidad de la plaza del Mercado y la confluencia de tiendas y comercios que atendían a todas las clases sociales del cap i casal.

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