jueves, 16 de febrero de 2023

El ADIOS DEL MARQUES DE CAMPO A EMILIO CASTELAR


1932 - Foto de Enrique Desfilis

La plaza Castelar tenía su encanto. El Marqués de Campo contrarresta la palmera y en un día invernal los paseantes fijan su atención al monumento del personaje valenciano que como Alcalde de la ciudad durante cuatro años (1843/47) y siempre como su principal objetivo, el de contribuir a dotar a la ciudad de los más importantes adelantos de la época, como lo fueron el ferrocarril, el alumbrado a gas, el adoquinado y las obras de caridad, iniciativas del Marqués que están representadas mediante imágenes en los cuatro lados de la base monumental.

Los kioscos chino dan vida a la plaza cuando transcurrían los días de 1932, año que a su final se iniciaron las obras para el traslado del monumento a su nuevo emplazamiento de la plaza Cánovas de Castillo, que lo sería en los primeros meses del nuevo año.

Con la remodelación de la plaza Castelar iniciada cuando terminaba la década de los veinte, se nos acredita por la foto la rapidez con la que se efectuaron las obras con el resultado de un friso de nuevos edificios que abarca -ejecutado desde 1930 y en un par de años- desde el de “Casa Barrachina” (el primero a la izquierda) hasta el de los “Almacenes Rey Don Jaime” de la calle San Vicente, tal y como se observa en la foto de Enrique Desfilis, con su chaflán al fondo de la conocida popularmente como “Finca del Porquero”, quizá el trazado más exuberante de la nueva plaza, donde la “Bajada de San Francisco” nos iba a quedar anclada para el recuerdo.

Eran ya los últimos días del Marqués de Campo presidiendo la plaza, y quizá la expectación que despiertan para los paseantes allí congregados, era la de su despedida cuando finaliza el año de 1932.

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