Años 20 - Barberá Masip
La calle Popul en los años veinte nacía en la plaza de la Merced y con su número 1 aparece en esta foto con seguridad próximas las fiestas navideñas cuando el pavo estaba presente en la mayoría de las casas. Por lo menos una vez al año hacía su presencia en las más de las mesas en fraternal reunión familiar.
La tienda Pavo Real, como sucesora de Viuda de Moliner -notable comercio de sedería, peletería y novedades- de la que había vaciado sus anaqueles de ropa dispuestas para los días de cualquier festiva celebración y mutaba a la venta de animales de pluma para hacer su agosto en los días más fríos del año.
Pavos y gallos se apoderaban de la plaza de la Merced, donde la chiquillería buscaba su divertimento y el olor a paja y las plumas que revoleteaban en su torno, contribuian a recrear una atmósfera de ilusión, mientras el huertano con su botijo en la mano siempre atento a la espera de la llegada de su clientela.
Los años desamortizadores del XIX habían derribado al convento de la Merced de San Pedro Nolasco y con su esponjamiento, apareció la plaza con su nombre que tenía su continuidad en la calle de Gracia, la vía popularmente conocida como "de las cestas” que aún hoy surte, viste y decora el interior de la casas por muy bajo precio.
Céntrica plaza donde los teatros y con sus carteles logran embadurnar la fachada de un bajo con tres amplios ventanales que se antojan abandonados.
Y en el número 1 de la calle Popul el rótulo de Pablo Moliner, tienda que ofrece su surtido de sedería, como relevo familiar que en su abandono del local que después albergaría la tienda Pavo Real, iba a patrocinar tan peculiar transformación mercantil para alegrar las fiestas de Navidad.
Todo es añejo y entrañable en la foto de Barberá Masip. La Valencia que un día fue y cuyo recuerdo no fenece.
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