lunes, 12 de diciembre de 2022

PASTELERÍA CONCHÍN, ENDULZANDO A VALENCIANOS Y VISITANTES


Fachada - 2022.- Esteban Gonzalo

En el número 6 de la calle dedicada al prestigioso compositor valenciano Salvador Giner, está la Pastelería Conchín, endulzando a valencianos y visitantes desde 1965. Actualmente la gestiona Pedro Zanón Soler, en vísperas de cederle la dirección a su hijo Pedro Zanón Cañas, nieto de la fundadora Conchín Soler Gil.

Pedro Zanón Cañas, Alicia y Enrique en el obrador - 2022 - Esteban Gonzalo

Sus orígenes se remontan a la fábrica que desde comienzos del siglo XX preparaba, principalmente, calabazate, membrillo, frutas escarchadas, arrop i tallaetes y la mantequilla de colores Dulcecao.

En 1960 sus propietarios, Vicente Soler Barber y su esposa Concha Gil, trasladaron la fábrica a Marxalenes, pero su hija Conchín prefirió quedarse en el barrio del Carmen, en la antigua factoría, para vender los productos de la empresa de sus padres, que aumentó con los pastelitos de boniato que preparaba en las antiguas instalaciones y llevaba a cocer en el horno La Marina, en el número 2 de la misma calle.

Como no le gusto como los cocían, prefirió hacerlo ella comprando en 1965 un horno y montándolo en el vecino bajo de la vieja fábrica.


Isa ante deliciosas frivolidades - 2022.- Esteban Gonzalo 

Nació la Pastelería Conchín, que su creadora rigió hasta que le pasó el testigo a su hijo Pedro Zanón Soler, mientras que su marido Pedro Zanón Romero sustituyó a su suegro en la fábrica de Marxalenes.


Crujientes cruasanes - 2022 - Esteban Gonzalo

Crujientes caracolas y croissants, con y sin chocolate, tortas de pasas y nueces, variadas clases de empanadillas, destacando las de morcilla, diez variedades de rosquilletas, semi fríos, destacando la tarta San Marcos de nata y trufas, y un largo etcétera, para cuya preparación están muy ocupados Pedro Zanón Cañas y varios empleados, ya que además de lo que venden en la tienda suministran, diariamente y con cinco furgonetas, a más de un centenar de clientes.

El único problema es la llegada de clientes que no viven en el barrio por las restricciones actuales al tráfico rodado y no existir líneas de microbuses que faciliten desplazamientos y conexiones.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

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