jueves, 22 de diciembre de 2022

LA FIESTA DE LA BARRACA


Foto de Barberá Masip

Antigua calle de Capdepont en un punto situado entre los numeros 186 y 188, y en la actualidad de la Barraca. Un bello flas urbano de los años treinta, captado por Barberá Masip, en recuerdo de cuando unos años antes, en el mes de mayo de 1921 y en vespertina jornada, Blasco Ibañez había glosado a “la barraca” en uno más de los diversos actos que durante aquellos días festejó por la ciudad, en la que sería su última visita a la ciudad. En aquella ocasión la numeración se correspondía con los 180 y 182, donde se había dispuesto una tribuna desde la cual las palabras del ilustre visitante, fervorecieron a la multitud de los poblados maritimos.

Como “La fiesta de la Barraca” se denominó el acto que tuvo su inicio a los sones de la Marcha de la Ciudad, cuando Blasco Ibañez penetró en la pequeña estancia para ser recibido por sus propietarios: un simpatico matrimonio de viejecitos que lloraban emocionados con la presencia del escritor valenciano.

Foto de Barberá Masip

Tras unas palabras de quien representaba al Ayuntamiento: “la barraca es inmortal porque Blasco la inmortalizó y va unida a la vida de los valencianos que lo somos de verdad y sentimos el cariño a Valencia por encima de todo”, tomó la palabra el escritor internacional: 

"Queridos amigos, no será para vosotros algo nuevo si digo que al venir aquí me encuentro como en el seno de mi familia. ¿Quién que sea habitante de los poblados maritimos no me conoce y no conoce mi amor por todos ellos?.......

Yo soy valenciano, nacido en mi ciudad, pero la mayor parte de mi vida la pasé con vosotros, junto a este bello mar Mediterraneo. Es más, la única casa que poseo en el mundo, la casa que yo construí, está aquí, en la Malvarrosa.......


He vivido fuera de esta tierra, pero sintiendo siempre su nostalgia, recordandola siempre; y cuando yo viajaba por lejanas tierras cubiertas de nieve, por otras en que florece el naranjo o eleva la palmera el verde surtidor de sus palmas, pensaba yo con angustia que si moría allí, me enterrarían en aquella tierra lejana. Si me enterrasen en un pais lejano, pensaba, moriría para siempre...... 

Yo quiero que me traigan aquí, junto al Mediterraneo, y así no moriré nunca porque mi cuerpo vendrá a confundirse con esta tierra de Valencia, que inspiró mis obras amadas......"

Y tras descubrir una lápida en la pared en recuerdo de aquella fiesta celebrada, el dueño de la barraca se acercó a Blasco llorando:

-No soc home de lletra, no sé expresarli lo que sent en este moment.

Y con el Himno de Valencia y en medio de una entusiasta ovación, tras despedirse de la multitud, Blasco y sus acompañantes, regresaron a la ciudad.

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