sábado, 15 de octubre de 2022

EVOLUCION EN LA PLAZA DEL MERCADO DESDE LA ESQUINA


Con la foto de portada nos asomamos desde la calle de Ercilla a la Plaza del Mercado de principios del año 1900. Una bonita fachada principal del Mercado es lo que vemos frente a nosotros. Y haciendo esquina de esta calle para ya salir a la plaza, la transitada farmacia de San Antonio, del Dr. Calvo, en Plaza del Mercado 70, ofreciendo un servicio continuo para la dispensación de sus fórmulas de elaboración propia, con una farola digna de admirar en su fachada. 

La curiosidad por los cambios que han modificado la ciudad a través de los siglos hacen que me aproxime retrocediendo unos pasos y volviendo a llegar a aquella esquina, aunque el trazado de las calles que me rodean sean diferentes será fácil de conseguir echando mano a los diferentes planos de aquellos siglos, de aquellos momentos que aunque no fueron convulsos como siglos más tarde, recrearse en sus detalles es como apreciar una buena película. 

Nos asomaremos a tres años diferentes, entrando en dos siglos. Mismo lugar, misma esquina.

Plano Mancelli. Dibujo sobre plano ( Amparo Zalve)

Voy con Antonio Mancelli al año 1608. Miro hacia el centro de la plaza y lo primero que me llama la atención frente a mi es el gran convento de Las Magdalenas, que aunque se ve algo ruinoso todavía conserva su majestuosidad. Es como si presidiera la plaza, teniendo a ambos lados, a pocos metros otras dos edificaciones de orden religioso. A su derecha la iglesia de San Juan del Mercado, de carácter sobrio, porque con tantos incendios sufridos pronto va a llegar el momento en que se produzca una buena restauración Y más allá, a la izquierda de Las Magdalenas, se ve el Convento de la Merced, que tampoco es que sea muy grande, y el campanario pequeño y sin terminar.

Se me hiela la sangre al abandonar la vista de estos muros y enfocarla hacia el centro, la imagen de la horca, donde los ajusticiados habían perdido la vida de esa manera tan cruel como festiva, en un lugar con tanta historia de la ciudad. Allí estaba, fija, adosada al suelo, inamovible.

Plano Tosca. Dibujo sobre plano ( Amparo Zalve)

Me desplazo en el tiempo hasta el año 1704, esta vez acompaño al “Capellà de les ratlletes”, Padre Tomás Vicente Tosca y lo que estoy viendo en esta plaza es tan diferente como que la horca ya la han retirado de esa parte central de la plaza, por otras zonas andará de plaza en plaza. Parece que la sustitución del espacio por una fuente ha sido una buena idea.

Las casas se han llenado de soportales, el ambiente comercial fluía en ellos y se elevaban en altura, hasta algunas llegaban a las seis, y se habían llenado de balcones dando un aspecto maravilloso a la plaza. Hasta en el Convento de la Merced se adosaron casas no ausentes de pórtico. Se habían convertido en las casas más altas de la ciudad. El campanario de La Merced ya estaba terminado, se había hecho grande, y alcanzaba mayor altura que el de sus vecinos.

El lugar que ocupaba el Convento de las Magdalenas, para él un convento nuevo, aunque aun faltaba por terminar.

La iglesia de San Juan del Mercado ha sufrido una intensa remodelación. Han venido unos artistas de origen alemán e italiano siendo los artífices del cambio. Unas escaleras dan acceso a una gran terraza en esta parte de la iglesia que da a la plaza rematadas por una barandilla y dependencias bajo de ella para el comercio.

Plano de Fortea. Dibujo sobre plano (Amparo Zalve)

Un año después me asomo con José Fortea, sobre el plano del Padre Tosca y en este corto espacio de tiempo la plaza ha podido cambiar poco, aunque algo lo ha hecho. Ha variado el estilo de la fuente, está más ornamentada y se ha abierto una puerta nueva en la fachada de San Juan del Mercado.

En el siglo XIX se llegaron a trazar 17 planos de Valencia desde 1811 hasta 1899 para documentar los diversos cambios acaecidos en la ciudad por diferentes motivos. Era la única forma de encuadrar la historia.

Texto de Amparo Zalve

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