jueves, 13 de octubre de 2022

EL FORN DE MANUELA

 
Hilario Rausell - Archivo Familia.

Horno decano de Campanar, municipio independiente hasta que en 1870 se integró como barrio en la ciudad de Valência.

Obrador y venta comenzaron su historia documentada en 1866 en el bajo del número 12 de la calle Benidorm, siendo el edificio actual de 1925 según el catastro.

Manuela Miralles - Archivo Familia

La historia de la Familia Rausell comenzó cuando Manuela Miralles se casó con Hilario Rausell.

Mujer que desde joven tuvo que demostrar agallas, decisión y constancia, para llevar adelante el negocio, al quedar viuda con tres hijos y embarazada de su hija Amparín. Pero superó el trance con éxito y fue el comienzo de una saga de horneros, de los que dos se ubicaron en otros barrios de València.

Carmen Noguera e Hilario Rausell Miralles - Archivo Familia

Amparín y su hermano Hilario, casado con Carmen Noguera, fueron los continuadores en la calle Benidorm. Después José Manuel Rausell Noguera y su conyugue Amparo Viguer, cuyos hijos Mari Carmen, Amparo, José Manuel y María de Campanar, gestionan actualmente la histórica tienda-obrador y la sucursal en el número 13 de la calle Aparicio Albiñana, inaugurada en el año 1964. Las tres hermanas atienden la venta y el obrador, y José Manuel prepara panes en el turno de noche.

Amparín Rausell Miralles - Archivo Familia

Horno tradicional famoso por la calidad de sus panes y pastelería. Por ello numerosos premios: en el 2014 triunfando con su pan "Campeón" y el año siguiente con primer premio en monas de pascua, en un largo etcétera que ha culminado con el reciente de Comercio Excelente.

José Manuel Rausell Noguera y Amparo Viguer - Archivo Familia

La calle Benidorm es muy panadera, ya que además de la tienda-obrador en el número 12, hay un hermoso panel de azulejos en el número 19, esquina con la calle Benifaió, donde fornidos panaderos están metiendo hogazas en un horno.

Embellecimiento callejero completado con un grafiti enalteciendo a la vejez en la pared del número 5 de la mencionada calle.

Amparo y Mari Carmen Rausell Viguer en el obrador -2022.- Esteban Gonzalo

Vale la pena hacer una escapada a las tranquilas callecitas del viejo Campanar y una visita al horno de Manuela para adquirir algunas de sus exquisiteces, entre las que destacan les coquetes de sagi (manteca de cerdo), que no faltan en los festejos a la Mare de Deu de Campanar, que se celebran cada mes de febrero con numerosos actos culturales, religiosos y recreativos, en los que tienen destacado aditamento flores, música y pólvora, ésta con mascletás y el correfocs de Els Socarrats de Campanar. Devoción a una talla mariana encontrada el 19 de febrero del año 1596 por unos albañiles cuando estaban excavando un pozo.

Mari Carmen y Amparo con atractiva oferta, fotos familiares y diplomas - 2022.- Esteban Gonzalo

Vale la pena hacer una escapada a las tranquilas callecitas del viejo Campanar y una visita al horno de Manuela para adquirir algunas de sus exquisiteces, entre las que destacan les coquetes de sagi (manteca de cerdo), que no faltan en los festejos a la Mare de Deu de Campanar, que se celebran cada mes de febrero con numerosos actos culturales, religiosos y recreativos, en los que tienen destacado aditamento flores, música y pólvora, ésta con mascletás y el correfocs de Els Socarrats de Campanar. Devoción a una talla mariana encontrada el 19 de febrero del año 1596 por unos albañiles cuando estaban excavando un pozo.

Fachada calle Benidorm 12- 2022 - Esteban Gonzalo.

Y en lugar preferente en Benidorm 12 un retablo de azulejos con la Virgen del expueblecito.


Retablo en número 19 calle Benidorm - 2022.- Esteban Gonzalo

El Forn de Manuela es una institución, está en el ADN de un centro urbano que no ha perdido su encanto de antaño con sus casitas de dos plantas, algunas con bellas fachadas.

En sus tarjetas de visita pone "Artesans, desde 1866", aunque creen que la existencia de un horno es anterior, pero tras las riadas de 1957 la única documentación encontrada fue una nota de la contribución pagada en 1866.

Texto Esteban Gonzalo Rogel

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