jueves, 16 de junio de 2022

UN NUEVO EDIFICIO PARA FERRETERIA LA CADENA

 


El día de Nochebuena del año 1912 fue el elegido para la inauguración de un nuevo comercio próximo a la plaza del Mercado.

Ferreteria La Cadena abría sus puertas en la calle de J.A. Guerrero num. 57, que con anterioridad se conocía como de Calabazas, junto a la plaza del Molino de la Robella.

La idea surgió de Miguel Torner, avezado comerciante que dotó a su establecimiento de marcas acreditadas, especialmente en en los sectores de la ferretería y batería de cocina. También dispuso de toda clase de herramientas para los profesionales de oficios varios, como eran los ebanistas, carpinteros, cerrajeros, torneros y de otras industrias que atendían las necesidades domésticas, siempre a precios muy reducidos.

El lugar que ocupaba el nuevo comercio era inmejorable y su éxito estaba asegurado. Pronto lo refrendará, tras el paso de tres décadas.

Pasado este tiempo, la Ferretería la Cadena había alcanzado un gran prestigio y con la apertura de la nueva avenida del Oeste surgió el "edificio Torner" en espléndido chaflán, donde el hijo del fundador, Fernando Torner, apostó fuerte y le encargó al arquitecto José Mora la construcción de un inmueble dispuesto para estar a la altura de los mejores de la ciudad.

Su remate con cúpula de teja azul, como sello de distinción, dio un toque de elegancia a la finca, y su reinauguración significó el inicio de una nueva singladura con unas instalaciones de mayor amplitud alojadas en la planta baja del edificio, entresuelo y sótano. 

Curiosamente, y con el nuevo trazado urbanos de la zona, volvió al nomenclátor la antigua denominación de calle Calabazas, en cuya esquina con la nueva avenida del Oeste, como principal pórtico en su entrada, se iba a configurar un chaflán de bella estampa, vecino al Mercado Central.  

Ferretería la Cadena que vio su final ocupando en la actualidad sus instalaciones la bancaria Ibercaja.

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