lunes, 20 de junio de 2022

DE VISITA A LA DEHESA DE EL SALER

 

Cuando el botánico Cavanilles en 1795 descubrió los alrededores de la ciudad de Valencia, escribió estos párrafos: “A dos leguas de la capital hacia el mediodía empieza la Dehesa; el camino es sumamente agradable por más de una legua, reduciéndose a preciosas huertas que cultivan en gran parte los vecinos de Russafa, siguense campos de arroz y luego eriales, compuestos casi enteramente de arena". 

A finales del siglo XVII, se había formado por completo este enclave natural y tan dispar en sus condiciones conforme se alejaba del mar. Sus tres franjas muy distintas entre ellas hacían la ilusión del visitante que acudiendo en familia podían pasar un bonito día entre dunas, vegetación y la laguna de agua dulce de la Albufera que se había ido cerrando al mar. 

Algunos iban buscando las malladas, que en otoño las lluvias inundaban esas depresiones de suelo impermeable. Bonita excursión que los hacía pasar pisando tableros a modo de puentes entre vegetación encharcada. Si volvían en verano el calor lo había secado, encontrándose una costra salina sobre la arena. 

Era un espacio muy protegido, donde la ampliación de pequeños núcleos en la zona quedaba a cargo de los pobladores residentes, y eran pocos. Allá por 1871,  en El Saler se contaban 70 cabezas, y esto sucedió hasta los años 60 del pasado siglo XX. 

Desde las dunas de arena junto al mar hasta la Albufera una preciosa y muy abigarrada vegetación forestal, donde predominan los pinos carrascos, tan típicos de nuestro paisaje mediterráneo, girados desde sus troncos por el viento continuo de Levante, agobiados por la zarzaparrilla que va enroscándose hasta llegar a su copa. Arbustos salvajemente crecidos que junto a lentisco, mirto, coscoja y palmito, forman una selva impenetrable donde los rayos del sol difícilmente alcanzan el suelo arenoso.

Texto de Amparo Zalve Polo

1 comentario:

  1. Desde muy pequeño, luego como adolescente y aún hoy he sentido una atracción mágica por la playa de el Saler. Muy diferente de las playas más cercanas a Valencia. Muchas gracias por el artículo Amparo.

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