En la confluencia de las calles Jorge Juan y Sorní llama grandemente la atención de los visitantes la Casa de los Dragones. Es de estilo modernista, diseñada por el arquitecto José María Manuel Cortina Pérez, terminada su construcción en el año 1901 y restaurada en 1990.
Era un conjunto arquitectónico compuesto por un edificio central con chaflán y puerta de acceso en la unión de las fachadas simétricas de las calles mencionadas, un tramo intermedio en cada extremo, y continuaciones con entradas en los números 3 de Jorge Juan y 6 de Sorní. Era, porque la prolongación de Sorní 6 fue derribada y sustituida en 1960 por una obra impersonal y de mayor altura.
Y suerte hubo que no le ocurriera al resto de la edificación como a otros valiosos ejemplares arquitectónicos valencianos por permitida especulación urbanística y falta de aprecio artístico en quienes debieron protegerlos.
Destinaron los bajos para comercios, y entresuelo, primero y segundo pisos para viviendas. Situación que ha cambiado un poco, ya que en Sorní 4 hay en el entresuelo un estudio de estética avanzada y en el primer piso una clínica, y en la primera planta de Jorge Juan 3 un salón de belleza.
Llama la atención toda la fachada, pero principalmente la del chaflán, calle Sorní número 4, y los dos cuerpos intermedios laterales, donde el arquitecto condensó reconocimiento al progreso industrial, mitología, fantasía, y evocaciones a los estilos gótico y románico.
La bella puerta de madera del chaflán está enmarcada por dos columnitas, y dos más gruesas, una a cada lado y sustentadas por dragones, ascienden hasta la primera planta. Entre ambas un óculo medievalista, y encima, sucesivamente: una capillita con una esquematizada locomotora de vapor vista de frente y con una estrella dorada de cinco puntas, un dragón alado, y como culminación un angelote sobre un pequeño arco de medio punto.
La locomotora sobre la importancia del ferrocarril, que significaba el progreso potenciando la economía de los lugares que enlazaba, la estrella el emblema de los Caminos de Hierro del Norte de España (Norte), compañía que desde 1891 englobó en su explotación a la valenciana Almansa-Valencia-Tarragona (AVT) promovida por José Campo Pérez, el Marqués de Campo, y el dragón alado simbolizando rapidez, aunque para ello mejor un águila, como Demetrio Ribes proyectó en 1906 para la Estación de Norte que fue puesta en servicio en 1917. Y en la parte delantera del dragón una C, la inicial del primer apellido del arquitecto, letra que también puso en otras partes del edificio.
Culminación almenada en esa fachada y en los tramos intermedios, en la calle Sorní el último, que tienen como adorno principal una gruesa columna adosada con un dragón, cuya cola llega a 1,25 m. de la embaldosada acera, con gesto de sujetarla, y sobre el capitel el mismo adorno ferroviario que en la fachada principal. La mitad inferior de ambas columnas con enroscadas ramas con rosas, y la superior estriada.
El chaflán y los intermedios totalmente de color ocre y en la restante edificación combinado con intercalados tramos de ladrillos, cara vista y de color rojo, entre los balcones de las dos plantas superiores. Asimismo, columnas desde el entresuelo como sujeción, real o figurada de los balcones del primer piso, y columnitas de adorno en la mitad superior del segundo piso.
Decoraciones completadas con rosas por doquier, y muy estimable rejería en ventanas, balcones, vestíbulos y escaleras. En la que comunica las cuatro plantas de Sorní 4, un dragón alado, apoyado en un jarrón con una planta, recibe a vecinos y visitantes, antes como protagonista y ahora en un rinconcito, obligado por la reciente colocación de un ascensor.
Edificio, cuyo exterior está incluido en la ruta turística del modernismo en València, que Celia Romero, joven periodista en temática artística, describió en un artículo publicado en Cámara de Arte en el año 2019. Respecto a los dragones dice que son un recuerdo del arquitecto a la leyenda de San Jorge, que mató a un dragón, y entregó a la princesa que había liberado una de las rosas que habían brotado donde cayó la sangre del animal.
Cerca del azulejo indicativo de la calle Jorge Juan está la bella lápida de mármol colocada en reconocimiento y homenaje a Jorge Juan Santacilia (Novelda 1713 - Madrid 1773), famoso ingeniero marino, matemático y científico.
José María Manuel Cortina Pérez (Valencia 1868-1950) fue un importante arquitecto valenciano que diseñó edificios modernistas adornando sus fachadas con imaginación y fantasía mezclando estilos arquitectónicos. Desde 1892 fue arquitecto municipal de València, y posteriormente también de Gandía y Paterna.
La Casa de los Dragones, también conocida como Cortina II, es, seguramente, el más popularmente conocido de los edificios que proyecto, al estar ubicado en uno de los entornos urbanos más transitados del cap i casal.
A pesar de no haberle prestado la debida protección a los bellos edificios que este arquitecto diseñó, con algunos bellos ejemplares derribados para la especulación constructora, quedan algunos en València (Félix Pizcueta 3, Caballeros 8, y Sorní 14, 23 y 33,…), Gandía, Paterna (un espectacular chalet), y otros municipios, entre ellos Ceuta, donde es grandilocuente la fachada de la también Casa de los Dragones.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel
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