jueves, 30 de diciembre de 2021

EL ASILO MUNICIPAL


 Archivo Municipal - Años 30

En la Gloriosa fue ordenado por Peris y Valero, Gobernador Civil de Valencia, la destrucción de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús. Sin embargo, sólo se destruyó la iglesia de la plaza de les Panses, permaneciendo el resto de las instalaciones, que pocos años después pasaron a ser utilizadas como Asilo Municipal, ocupando un amplio espacio interior desde el Archivo del Reino de la calle Angosta de la Compañía hasta la calle Cadirers, con entrada principal por la calle de la Purísima 3.

Su fin inicial fue la de asilo para pobres, utilizado también como cárcel de mujeres, donde se recluía a las indocumentadas o sospechosas. Como a cualquier otra persona que por provocar escándalos públicos obligaba a la Guardia Municipal a su detención. El Asilo contaba con viviendas tanto para el director como para algún empleado y el portero.  

Hasta 1879 venía siendo la cárcel de Serranos donde se encerraba a los jóvenes menores de quince años, pero se tomó la decisión de su traslado al Asilo Municipal para una mejor reinserción, alejados de los infractores de la ley, más avezados a su incumplimiento. 

En sus instalaciones de la calle la Purísima, el Ayuntamiento asigno la cantidad de 1000 pts para hacer un departamento en uno de los ángulos del asilo, con destino a los detenidos de menor edad. 

En su tarea de reinserción, la Asociación de Católicos impartía a diario sus enseñanzas cristianas a los reclusos desde la última década del siglo XIX,  con la celebración de la Comunión Pascual a cargo de la Sociedad Catequística presidida por un concejal del ayuntamiento con la participación de la Asociación del Buen Ladrón, en la que no faltaba la plática conmovedora a cargo del Capellán del Asilo, ni el almuerzo final con regalos de prenda de ropas.  Del ambiente que se respiraba en asilo, nos habla el recorte de prensa de abril de 1898.

En los días de la Exposición Regional de 1909, el Gobernador interino ordenó a los cuerpos de Vigilancia y Seguridad que prestaran un servicio preferente para detener a los mendigos existentes por las calles, con su traslado al Asilo Municipal, ordenando la detención de los niños vagabundos y el encierro en la prevención a sus padres. 

En 1925 entraba en funcionamiento la cárcel de mujeres de la Pechina,  edificio que el ayuntamiento estaba dispuesto para su entrega al Estado, a cambio de que el Asilo Municipal pasara a ser propiedad del Consistorio.

Sin embargo esta permuta no se llevó a cabo y desde el periódico El Pueblo llovían las críticas por la entrega del Asilo a la Compañía de Jesús, cuyo valor cifraba en "una millonada", privándose a la ciudad de un grupo escolar público del que estaba necesitada. Entrega a la que se veía obligado como antigua propietaria, tanto del local como de los terrenos con anterioridad a la Gloriosa. 

Corría 1930 y la situación del Asilo Municipal se había deteriorado de forma alarmante. El concejal Cuñat, médico y presidente de la comisión de Sanidad, empeñado en cuanto atañía a la cuestión sanitaria, estudiaba a fondo la situación del Asilo Municipal y llegaba a la conclusión que a su utilización había que darle la vuelta, por su intolerable situación. 

Un informe médico que el sr. Cuñat había solicitado se expresaba en estos términos: "En el Asilo Municipal se recluye a vagabundos detenidos por orden gubernativa, niños procedentes del Tribunal para menores, prostitutas y menores detenidas en los prostíbulos, niños y niñas fugados de la casa paterna, viejos mendigos, rateros, ebrios, epilépticos, locos furiosos y enajenados, etc". Para esta población flotante, a veces numerosa, no existía más que dos departamentos cerrados con fuertes rejas, uno para hombres y otro para mujeres; éste último era de una sola pieza con todos los servicios con diez camastros donde convivían temporalmente la prostitución con la muchacha que se fugo con su novio, la inadaptada o la ineducada simplemente, mientras que el departamento de hombre aún reunía peores condiciones, habitado por "el niño y el mozo que padece enfermedades secretas, el ladrón y el loco, el delincuente y el que no lo es". 

Era de necesidad que el Ayuntamiento diera fin con esa vergüenza, concluía el informe y se imponía el ejecutar las necesarias reformas, o bien habilitar otro edificio que reuniera las condiciones adecuadas. Se dejaba en manos del Ayuntamiento la solución a tan impresentable situación, aunque se imponía la conveniencia de dedicar el edificio para la enseñanza. 

Pero la situación se mantenía y en 1932, más de lo mismo. Tras una visita del Alcalde al Asilo Municipal, y comprobar el estado de abandono reinante en unos locales donde se mezclaba la pernoctación de los mendigos con las salas de arresto y celdas, dispuso una minuciosa inspección por los técnicos para que se llevaran a cabo las necesarias reparaciones, con el fin de mantener el Asilo Municipal en las condiciones optimas que exige una política moderna de carácter social.

El Asilo Municipal continuó en 1934 y en despacho extraordinario de la alcaldía se acordó destinar 150 pts para obsequiar a los detenidos el día 14 de Abril con motivo del III Aniversario de la República. 

La zona donde estuvo el Asilo Municipal  fue derribada en el periodo de 1936 y 1939, mientras la propiedad la ejercía la Compañía de Jesús.

2 comentarios:

  1. Mi querido amigo , una explicación bien analizada de un tema en el que no existe apenas documentación .

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  2. Mi querido amigo , una explicación bien analizada de un tema en el que no existe apenas documentación .

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