lunes, 20 de diciembre de 2021

CASA DE LOS OBREROS DE SAN VICENTE FERRER

Del libro Javier Goerlich, editado por el Ayuntamiento

La institución en defensa del obrero católico venía de años atrás, con diferentes domicilios, como el de la plaza del Correo, 1 y la c/ de Valldigna, 1 en 1895, pero su mayor actividad llegaría en 1908 cuando en el mes de Mayo se instituye la Junta de la "Casa de los Obreros de San Vicente Ferrer".  

Unos años en los que la creación de entidades con distintos fines tuvo su relieve, pero con el común denominador de la defensa del trabajador, encaminadas, especialmente, a su mejor cultura, como es el caso propuesto por Vicente Blasco Ibáñez desde un local situado en la calle En Sendra con la pretensión de que fuera la primera Casa del Pueblo de España subvencionada por el Ayuntamiento, en un deseo que debido a luchas internas no prosperó.  

Desde un primer momento la Casa de los Obreros de San Vicente Ferrer, con su nuevo domicilio de la plaza del Ángel 1, 2º, con su presidente d. Rafael Rodriguez de Cepeda al frente, puso en marcha seis agrupaciones: 1ª De obreros de la habitación e industrias; 2ª De obreros del traje, el calzado y oficios similares; 3ª De obreros en metal; 4ª De obreros del libro; 5ª De dependendientes y empleados; y 6ª De obreros de la alimentación. 

Un mes después, en Junio de 1908, el boletín El Pueblo Obrero de la casa vicentina alcanzaba el numero 50. 

Llegaba el nuevo año de 1909 con la Exposición Regional y la Casa de los Obreros quiso sumarse al evento con la organización de un Congreso Nacional de Obreros Católicos con diversidad de propuestas para su estudio, siendo la principal la de avanzar en las "observaciones prácticas sobre la organización fundamental de los Sindicatos profesionales cristianos de obreros industriales y sus relaciones con las demás Sociedades obreras y las de patronos", a la que se sumaban otras propuestas donde la enseñanza profesional, el seguro de paro, la mutualidad para enfermos, la cooperación de consumo y producción, las cajas de crédito personal, las habitaciones baratas para obreros, la rebaja del precio en la subsistencia, el seguro para la invalidez y vejez, la legislación obrera y la forma de organizar la prensa católica obrera, completaban su ambicioso proyecto. 

Finaliza el año y la Casa de los Obreros ya contaba con su propia Universidad Popular en su sede de la Plaza del Ángel, con clases de dos días semanales con reputados doctores en los campos de la Economía Social, Historia de las Civilizaciones, Religión y Moral y Ciencias Naturales.

Las Provincias - Año 1925

Sabemos de su ubicación posterior como la Casa de los Obreros en la calle Calatrava, 30 cuando corría el año 1922 y poco después en la de Caballeros 27, dónde se llevarán a cabo representaciones teatrales en un edificio en construcción del que se había tomado la decisión de su ampliación mediante un segundo piso, obras que ya se habían iniciado en 1925 bajo la dirección del arquitecto Goerlich.

Pasaron tres años y en diciembre de 1928, el domingo día 9 se procedió a la bendición del nuevo edificio. El amplio local fue muy concurrido. La bendición partió de las manos del eminentísimo prelado señor Melo, en un acto con la asistencia de ilustres invitados de la vida social valenciana en todos sus campos. A su final y a los acordes de la Marcha Real, fueron despedidas las autoridades en medio de numerosos aplausos.

Su inauguración, catorce días después, tuvo lugar el navideño día dominical del 23 de diciembre con la comedia en tras actos de Jacinto Benavente titulada ¡No quiero...no quiero! en dos representaciones por la tarde que llenaron al completo el local definido por la prensa como "hermoso, capaz, simpático, atrayente y con una especial disposición de comodidad en toda sus localidades".  

En la actualidad y como principal misión, la Casa de los Obreros es una asociación decidida a la ayuda para un mejor futuro laboral al obrero, en especial con su atención a las necesidades educativas. A lo que se añade su faceta como residencia de la tercera edad.

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