Sobre una antigua perfumería romana del siglo III, donde se iban acumulando pequeñas botellitas del más elaborado perfume de rosas, junto a las preciosas pinturas murales, y muy próximo al Foro romano, se edificó la casa donde en tiempos de Jaime I residiría el Bayle, encargándose de la administración del patrimonio de la Casa Real y su archivo. Era la antigua casa Bailía.
Una casa sin grandes pretensiones en arquitectura que se convirtió en un bonito palacete, Palacio Vallier, de estilo modernista, al comprar el solar un rico hacendado de la ciudad, D. Francisco Royo Salvador, en 1883.
Compró el solar cuadrangular construyendo el edificio dando a tres
calles. La fachada principal se encuentra en la plaza Manises, y las otras dos
a las calles Convento de la Puridad y Baylía. El piso principal lo ocupó como
vivienda.
Durante la Guerra Civil queda incautado y convertido en Tribunal Supremo. Posteriormente en Tribunal General de Regiones Devastadas, y en la Casa Norteamericana. Llegados los años 90 fue arrendada por la Diputación de Valencia para oficinas.
Actualmente y con buena remodelación es hotel de cinco estrellas desde 2019, el hotel Palacio Vallier.
Texto de Amparo Zalve Polo
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