domingo, 5 de septiembre de 2021

VÍAS METÁLICAS PARA CARROS - I

El Camino Nuevo al Grao.

Muy pocos años después de que Jaime I conquistara València declarándola capital del nuevo reino, que aportó a su corona de Aragón, el 27 de mayo de 1249 ordenó la creación de un nuevo pueblo justo al lado del mar, en la costa cercana a la capital. Así nació Villanueva del Grao, que desde entonces fue considerado como una calle más de València, con lo que la ciudad tenía un acceso, difícil, pero directo al mar. A partir de ahí nacieron los diversos intentos de realizar un puerto que facilitase el intercambio de mercancías desde otros lugares de la corona y no un desembarcadero en el que los buques debían echar el ancla alejados de la costa por falta de profundidad, y a través de pequeñas embarcaciones cargar y descargar las mercancías con el sobrecosto económico que ello conllevaba.

Puerta de entrada a Villanueva del Grao. Grabado ca. 1850.

Así se mantuvo el Grao con variados intentos de realización de un puerto, hasta que en 1826 se independizó de la capital dando lugar a  Villanueva del Grao; también su zona pesquera, hoy Cañamelar-Cabañal se independizó con el nombre de Pueblo Nuevo del Mar, ambos fueron reincorporados a la ciudad en 1897, cuando, por fin, ya se había comenzado la construcción de un auténtico puerto.

Plano Municipal de Villanueva del Grao en 1856. A destacar a la derecha las vías del nuevo ferrocarril y el Cementerio. Abajo en el centro el Camino Nuevo del Grao.

Hasta fines del siglo XVIII, para comunicarse con la capital hubo tres caminos fundamentales, el hoy casi desaparecido Camino de Algirós enlace con la zona pesquera, el llamado Camino Viejo, hoy calle Islas Canarias y más al sur el Camino Hondo del Grao, hoy  poco reconocible. Dado lo intenso que llegó a ser el tráfico de carros de transporte desde la ciudad al puerto y lo estrecho de los anteriores caminos, el Ayuntamiento solicitó a su arquitecto en 1788, entonces Vicente Gascó, la creación de un nuevo camino amplio y más directo que uniera capital y puerto.

Grabado de Laborde del Nuevo Camino del Grao. A  la izquierda la muralla de València y su plaza de toros desmontable, en el centro el puente del Mar y a la derecha el desaparecido convento de san Juan de la Ribera.

En 1802 el rey Carlos IV inaugura el nuevo camino de unos 30 metros de amplitud, que comienza a los pies del puente del Mar y va junto al río (hoy Alameda) hasta la plaza de Aragón desde donde va directo (Av. del Puerto) hasta la antigua puerta del Grao, en el Óvalo del Grao, muy cerca de donde estuvo el paso a nivel ferroviario. Desde allí para alcanzar el puerto continuaba por la estrecha y sinuosa calle Mayor del Grao y salía del Grao convertido en un camino de grandes losas hasta el puerto.

Grabado con vista del convento de san Juan de la Ribera desde la curva del Camino Nuevo del Grao, mirando hacia la ciudad.

El camino inicial disponía de 10 metros de amplitud de los treinta metros proyectados con amplios laterales y estuvo realizado con la mejor técnica del momento, modelo macadam (McAdam), es decir una base de piedras grandes, cubierta con una capa de unos 10 centímetros de piedra más menuda y sobre  ella otra capa de piedras del tamaño de una nuez, todo muy bien apisonado. A ambos lados del camino se plantaron dos hileras de plátanos de sombra para proteger del sol a los carreteros y a los viandantes. Pese a todo, como veremos, el nuevo camino quedaba muy deteriorado en cada etapa de lluvias debido a las rodadas y había que repararlo muy a menudo, como todos los de la ciudad, con un fuerte gasto por parte del Ayuntamiento.

Parcial de plano de 1883 de la zona marítima.

En el parcial de plano de 1883 podemos ver la llegada del camino Nuevo del Grao al municipio del Grao, sus vecinos de Pueblo Nuevo del Mar con el añadido de las vías ferroviarias al puerto y hacia Barcelona, más la del tranvía ya en funcionamiento hasta la playa.

Texto de Enrique Goñi Igual

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