En noviembre de 1931 se cumplia con creces el plazo dado a la propietaria del kiosco de prensa adosado a la puerta de los Apóstoles de la Seo, por lo que el alcalde fijó un plazo improrrogable de ocho días para su derribo, con la advertencia de que si no cumplia la orden sería el mismo Ayuntamiento el que iba a proceder a su desaparición, pasando los gastos a cuenta de la hasta entonces dueña.
No era éste el único punto de la ciudad en el que se incumplían las ordenanzas municipales en casos de semejante índole.
¿Y la caseta de la Lonja? le han preguntado al alcalde Sr. Alfaro, que había sustituido en el consistorio al sr. Trigo Mezquita. Le acuciaba la prensa, toda vez que el plazo concedido se había terminado con creces ante la pasividad municipal.
El alcalde tenía que buscar alguna excusa ante aquella situación que los periodistas llevaban a las columnas de sus diarios.
Y al alcalde no se le ocurrió otra salida que justificarlo por las casetas de madera que han de colocarse en la plaza de Collado.
“En cuanto estén terminadas se quitarán las casetas de la Lonja", fue la respuesta del alcalde ante una situación que tenía su semejanza en otros puntos de la ciudad.
Ya había sucedido un hecho de la misma magnitud con el kiosco Cicerone instalado al inicio de la calle de la Paz en los inicios del siglo
Muchas gracias Julio por tu gran fotos de vacaciones sobre las Torres de Quarte 😊 Especial y a veces sorprendente.
ResponderEliminarTon, gracias a ti por tu seguimiento del blog. Un abrazo fiel amigo.
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