Esquina fachada.- 2020.- Esteban Gonzalo
Vinos de las tres denominaciones de origen (Alicante, Utiel-Requena y València), blancos, rosados y tintos; cavas en constante superación, turrones de Xixona, Casinos, Catí y Ademuz; los estimulantes herberos de l’Alt Vinalopó, el licor café de Alcoy, las peladillas de allí y de Casinos, las conservas de La Jalancina, miel, aceite de la Sierra Espadán, del Maeztrazgo, de la Plana de Requena-Utiel, del Alto Vinalopó; salsa trufada de setas, cervezas artesanas, embutidos de Venta del Moro, el premiado vermut de Teulada,... incluso cremas cutáneas y champú con aceite de oliva.
Y allí está Isabel Reig Catalá, Licenciada en Administración y Dirección de Empresas, y experta sumiller, para asesorar al indeciso visitante ante tan variada oferta desde que montó la tienda en el año 2012 en un local cerrado en diciembre de 1994, cuando clausuró la farmacia su último gestionador, a quien dos años antes se la había traspasado Rafael Cañizares Bellot.
El techo con rectángulos de cerámica incrustados en la noble madera tallada, que hizo Francisco Dasí Ortega en 1891, aunque todos con el mismo dibujo, se conservan, por su gran calidad, como si los terminaran de cocer. Sólo los tuvieron que limpiar, como el resto del local, tras estar 17 años cerrado
Hubo suerte en tan largo espacio de tiempo, sin estropicios de la piqueta especuladora, que en Las Provincias del 2 de enero de 1995 temía María Ángeles Arazo, y además Isabel ha tratado con mimo el bello conjunto de nobles maderas y cerámica.
Tras fallecer Blas Cuesta, sus hijos continuaron con la droguería en la plaza del Mercado nº 71, donde estuvo posteriormente Confecciones Federico y últimamente la mencionada de recuerdos para turistas, y en la parte con esquina a la calle Ercilla se instaló en el último decenio del siglo XIX Francisco Calvo, quien tenía una farmacia en la calle Corretjería. Ambos comerciantes se asociaron para vender productos de droguería y farmacéuticos, pero también material cinematográfico y fotográfico, revelado de películas y fotos, gramófonos y ortopedia, que especificaban en sus publicidades. Coaligación que duró hasta que falleció Blas y se hicieron cargo de la farmacia su viuda Gloria Lucía Casas e hijo Luis Calvo.
En 1920 la regentaban el Doctor Calvo y Bernardino Cuesta, y en 1931 Federico Cuesta Orduña era el propietario.
En 1942 el doctor Cuesta le vendió la farmacia San Antonio a Rafael Cañizares Martín, quien montó en el primer piso el laboratorio que tenía en la calle Caballeros, en la farmacia antecesora, en un local donde está actualmente el Café Sant Jaume y solamente han cambiado medicamentos por bebidas.
Rafael Cañizares Martín fue Presidente del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia entre los años 1941 y 1950.
Años después cambió a Farmacia Cañizares, la del Mercado, tanto por el apellido del propietario como por su famoso ungüento creado en 1896. Tras su fallecimiento en 1957 se hizo cargo de la gestión su hijo Rafael Cañizares Bellot, quien la traspaso a otro titulado en 1992.
Farmacia, y óptica, con lentes en cajones que conserva el comercio actual como recuerdo histórico, llamativa en su interior por la decoración y el mobiliario, ya que sólo falta la lámpara de bronce, y antes en el exterior por un gran y artístico farol, que la Familia Cañizares conserva.
Antes curaban deterioros del cuerpo humano y ahora
deleitan paladares.
Con mi agradecimiento a Julia Cañizares Ivars, hija de Rafael Cañizares Bellot, y al Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de València por las informaciones históricas recibidas.
(a) Comercios Históricos de Valencia. - Gumersindo Fernández y Enrique Ibáñez.- 2014.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel
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