Mis queridos Reyes Magos:
Os escribo a
los tres, aunque sé que no siempre habéis sido tres; que tú, Baltasar, no
fuiste negro hasta el siglo XVI. Que los tres os parecíais un montón, hasta que
en las iconografías del siglo XV os dibujan las caras que tenéis ahora, y a ti,
Melchor te dibujaron con el cabello y la barba blanca porque venías de Europa,
Gaspar la tiene más oscura y es más joven, porque llegó desde Asia, y Baltasar,
a ti te pintaron la piel oscura y eres el más joven de todos, dicen que vienes
de África.
Lo que sí sé
es que el día 6 visitasteis a Jesús recién nacido y que todos los años, como es
costumbre desde el siglo XIX, venís a sorprenderme con lo que os pido y encima
no os puedo ver.
Siempre he
pensado que además de magos erais muy buenos, porque cuando en Valencia habían
muchos niños en asilos, también en hospitales, como el de la Malvarrosa o el de
San Juan de Dios, ibais a visitarles como a los demás niños para hacerles el
día de la Epifanía muy feliz con su juguete.
Os estaré
esperando en el puerto de Valencia por donde llegáis la tarde del día 5, con
una barca preciosa llena de luces y banderitas de colores. Por cierto, este año
he guardado esta carta para dársela en mano al paje de Baltasar, porque otros años mi padre me
aupaba al buzón del león de correos, siempre elijo el de la derecha, el de la
izquierda me da miedo.
Tengo muchas
ganas de que llegue esta noche, que después de
la cabalgata por el centro de la ciudad, cenaré, y me acostaré pronto,
no sea caso que como me dicen mis padres, me encuentren despierto y no me dejen
nada, aunque eso nunca lo he creído. Lo habré pasado muy bien, viendo pasar los
camiones y furgonetas llenas de balones y juguetes, que seguro en alguno iba el
que yo os pido. ¡Volveré a casa con los bolsillos llenos de caramelos!
A mis padres
nunca se les olvida, a la vuelta hacia casa, comprar un roscón para tomárnoslo
después de cenar.
Me gusta tanto
contaros mis cosas que casi se me olvida deciros lo que quiero que me traigáis
este año. Me gustaría un Exin Castillos y una caja de Juegos Reunidos Geyper,
que ya la pedí el año pasado y se ve que por discutir con mi hermana no me la
trajisteis, este año nos llevamos mejor.
Tened cuidado
al entrar porque dejaremos detrás de la puerta un platito con turrón y una copita de anís para cada uno.
Mañana estaré muy feliz, y mis padres dicen que también, porque les recuerda cuando eran como yo, aunque dicen que casi nunca les traíais lo que pedían, pero se conformaban.
Texto de Amparo Zalve Polo
No hay comentarios:
Publicar un comentario