sábado, 30 de enero de 2021

ABANICOS VIBENCA

 Antonio Benlloch Martínez.- 1955.- Archivo familiar

Vicente Benlloch Caballer y su mujer Amparo Marín Llorens tienen desde el año 2013 una tienda-taller de pintura en el número 5 de la plaza Lope de Vega de València. Mientras que Amparo atiende a los compradores, su marido pinta abanicos y pone dedicatorias, si lo solicitan los clientes, en el taller anexo que tiene un lado acristalado a la calle Marín Mengod. En Ciutat Vella un artista trabajando cara al público.

Vicente en la esquina del establecimiento.- 2020.- Esteban Gonzalo

Vicente es continuador de la saga familiar que inició su abuelo, Antonio Benlloch Martínez, quien tras aprender en algunos talleres artesanos importantes montó en 1910 el suyo para pintar abanicos en Godella. Destaca su nieto que “pronto creó un estilo propio y reconocido que le permitió independizarse siendo muy joven”.

Amparo en la tienda - 2020 - Esteban Gonzalo

De los ocho hijos que tuvo su abuelo, todos pintaban y fueron independizándose conforme se iban casando. Su hijo Vicente Benlloch Palau, se casó con María Teresa Caballer Lerma, perteneciente a una importante familia de músicos de Godella. Y el hijo de ambos, Vicente, tras un tiempo trabajando codo con codo con su padre, montó su propio taller, donde “continuó saboreando esos olores tan característicos de un taller de pintura de abanicos… con sus pinceles, botes de colores, barnices…. En definitiva, empezando a recoger pinceladas, nunca mejor dicho, de éste, tan importante como poco conocido oficio valenciano”.

Vicente pintando abanicos.- 2020.- Esteban Gonzalo

Y además de pintar abanicos, ahora en el centro histórico de València, e influenciado por su familia materna, Vicente estudio música, y en la actualidad es miembro de la Banda Casino Musical de Godella. Tras la estela de Francisco Caballer Marco, su abuelo materno, a quien por su dedicación a la enseñanza de música durante toda su vida el ayuntamiento de ese municipio le dedicó una calle.

En 1993, época de crisis, Vicente fabricó y pintó muestras propias y exclusivas, y salió con su maleta por toda España buscando clientes y contribuyendo a que actualmente los Abanicos Vibenca sean sinónimo de calidad y tradición.

1968 - Vicente Benlloch Palau con su hijo Vicente Benlloch Caballer

 Archivo familiar.

La tienda-taller de pintura ocupa el lugar dejado por la librería AUCA, cuando ésta se trasladó a la cercana plaza de la Merced. Libros entre 1995 y 2012 utilizando el local donde anteriormente y durante 113 años estuvo la platería-joyería Vivó Maraguat, una de las muchas desaparecidas en la contornada de esa plaza y las calles adyacentes desde finales del siglo veinte. No están las lámparas de bronce pero ha pervivido la decoración interior con mármol y caoba, y la fachada, lo que dice mucho en pro de los sucesivos comerciantes y artesanos utilizadores del local, cuando desafortunadamente para esta ciudad no existía la normativa, aprobada en el año 2018, para evitar que destrocen los interiores de valía artística.

Amparo atiende a una clienta.- 19-08-2020.- Archivo familiar.

Manifiesta Vicente que le gusta estar en el centro de Ciutat Vella, para ayudar a defender y difundir la artesanía del abanico, que opina debería ser más valorada. Por ello, agradece que haya merecido la atención de varias cadenas de televisión y de la prensa,pero considera que lo más importante es la valoración y acogida tan positiva, hasta ahora, de sus clientes nacionales y extranjeros.

Pinta retratos de personas y de mascotas, y personaliza los abanicos para falleras y celebraciones para que hagan juego con los vestuarios de las portadoras. Asimismo, reparan y restauran abanicos, y venden: mantones y mantillas, abaniqueros y fundas para abanicos, e imanes-ladrillito y cuadritos pintados a mano, muy atractivo para los visitantes.

Exposición tienda. 2020.- Esteban Gonzalo

También venden varillas para bolillos y su montaje.

De los premios recibidos destaca la Mención de Honor que le otorgó en el año 2013 la Consellería de Economía, Industria, Turismo y Empleo, para reconocer su larga trayectoria profesional en el mundo de la artesanía, precisamente en el año que cumplía 25 años el Centro de Artesanía de la Comunidad Valenciana y 300 el Gremio de Maestros Abaniqueros de Valencia.

Aldaya, Godella y València, configuraban en el siglo XIX y parte del siguiente el triángulo que albergaba la mayor parte de la industria abaniquera valenciana. Siendo Godella, donde nació Vicente, donde se concentraban numerosos talleres de pintura de abanicos en los que trabajaban los artistas más reconocidos por su calidad de ejecución.

Centenaria talla.- 2020.- Esteban Gonzalo

Actualmente quedan veintisiete fabricantes, mayoritariamente en Aldaya, y algunos (Carbonell, Benlloch y otros) en València. Por ello, es una industria que precisa revitalización.

Sobre ello, hay que destacar el magnífico estudio de investigación, terminado en el 2018 por Ignacio Morell de la Universidad Jaime I de Castellón, para su trabajo “La industria abaniquera valenciana en el siglo XX”, que abarca la historia del abanico desde el mundo antiguo, su llegada al Reino de València en la Edad Media, su afianzamiento aquí, ysu desarrollo e importancia internacional en los siglos siguientes.

Turistas viendo como pinta Vicente.- 2019.- Archivo familiar.

Godella es conocida como “Cuna de Artistas”, ya que sus vecinos conviven con el arte desde sus primeros años. Dicen que hay, al menos, un músico o un pintor en cada casa, ya que fomentan el arte en instituciones, colegios, colectivos, y en las fiestas, siendo peculiar las de los pequeartistas.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

 "Abanicos Vibenca es el resultado de tres generaciones de una familia valenciana, dedicada desde 1910 al oficio de pintar abanicos. En primer lugar, mi abuelo, Don Antonio Benlloch Martínez, fue quien a una edad muy temprana empezó como aprendiz en varias fábricas importantes.

Pronto creo un estilo propio y reconocido. Este estilo de pintura, de trabajo y de buen hacer le permitió muy joven independizarse, montando así, su propio taller de pintura. Aquí es donde mi padre, Vicente Benlloch Palau, sigue el camino de mi abuelo. Primero, trabajando codo a codo con él, y segundo, montando posteriormente también su propio taller.

Yo, VICENTE BENLLOCH CABALLER, desde pequeño estuve viéndolos como pintaban." 

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