En la Exposición Universal de París de 1878 Thomas Edisón presentó su invento del fonógrafo. Oteando sus expositores, Teodoro Llorente Olivares satisfacía su curiosidad antes los avances tecnológicos del momento. Sea como fuere, quizás por consejo del periodista o por su afán docente y divulgador, al año siguiente, uno de aquellos aparatos fue adquirido por Don Jaime Banús, catedrático que impartía sus clases de física en el Instituto de Segunda Enseñanza Luis Vives, que desde 1869 venía funcionando en el antiguo Colegio de San Pablo y hasta la actualidad.
Con estas palabras del maestro, el 28 de marzo de 1879, el nuevo invento fue presentado “en sociedad” ante sus alumnos:
No quedó ahí la cosa y mediante una gacetilla desde el diario Las Provincias, tres meses después, se anunciaba que en el escenario del Teatro Principal y en único acto, el 5 de junio, se iba a llevar a cabo la presentación del fonógrafo para informar a los asistentes de la fascinación que aquel aparato era capaz de ofrecer.
La función resultó muy exitosa, como era de esperar, en la que no faltaron los toques de una corneta que amenizaba el acto.
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