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sábado, 17 de octubre de 2020

NO DE AHORA, SINO MUCHOS AÑOS ATRÁS EN LA PLAZA DEL MERCADO

1860 - Leroy

La plaza más grande, la que más gentío recogía, la que pasaron muchos años y la actividad comercial de la Valencia huertana, sedera y gremial  no cesaba nunca. Esa era y sigue siendo la bulliciosa plaza del Mercado.

No quiero referirme para nada a la actual, quiero llevar el tiempo mucho más atrás, al lugar desde hace más de mil años, donde ya en época árabe, junto a la muralla, los comerciantes instalan sus puestos ambulantes para la compra venta de todo tipo de objetos artesanales y de la extensa huerta valenciana, que en aquel momento se encontraba extramuros de la ciudad. Al derribo de la muralla árabe se integró en el casco urbano de la ciudad.

Visitemos el entorno:

La acequia Na Rovella musicalizaba  el lugar,  escasas casas la veían, el foso de la antigua muralla, la depresión por la que discurría un brazo del río Turia, la “Vieja Lonja", la del oli y posteriormente la “Lonja Nueva”: la Lonja de los Mercaderes o de la Seda.

Poco a poco fue reduciendo en tamaño, comenzaron a construirse más casas, la mayoría con pórtico, “porchets”.

Plano de Tosca

Tres grandes edificaciones se fueron construyendo de ámbito religioso: el Convento de la Merced, el de las Madalenas y el único que ha sobrevivido: la iglesia de Sant Joan del Mercat.

Ni que decir tiene, que por su extensión también era lugar de encuentro de importantes celebraciones, como torneos caballerosos, e incluso para ejecuciones desde el siglo XV hasta el XIX.

Tenemos que imaginar también introduciéndonos en plena Edad Media, en Valencia del siglo XV y caminar por el laberinto de sus calles angostas, herencia de la ciudad musulmana. Había muy poco espacio para el discurrir de la gente y de las caballerías que se dirigen al mercado. No podían llegar fácilmente a la plaza, ya que se le añadía a la dificultad del paso, los porches de madera que colocaban adelantándose a las tiendas, que los propietarios ponían como ampliación para exponer más a la vista el género. Todo esto propició que a finales del S. XIV se prohibieran, quedando algunos de ellos hasta  1447. 

Biblioteca Valenciana

La reina Doña María, con el fin de ensanchar calles y plazas que rodeaban la Catedral, ordenó derribar los soportales y supuso con ello la expropiación y derribo de muchas casas. Quedaba de nuevo espacio suficiente en la Plaza del Mercado, y con el fin de albergar las operaciones de intercambio de los productos, sobre todo el de la seda, que estaba tan productivo en Valencia en aquellos momentos, se iniciaron las obras de la Lonja de los Mercaderes en 1483, terminando en 1498, sin olvidar que antes ya hacía esta función la Lonja Vieja, pero se quedó obsoleta.

Texto de Amparo Zalve Polo

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