Lo que es seguro, y así los demuestran los escritos, es que antes de 1344 ya existía, queda expuesta en la aprobación que se llevó a cabo ese mismo año, para darle ensanche. Luego hasta dos años después no se hizo, por lo que en ese momento se cerró con rejas.
Veamos el aspecto que tenía:
Una Lonja muy pequeña y estrecha, carente de techo en su mayor parte y pegada a las casas que dificultaban mucho el paso de las mercancías. Era en sus inicios, que como ya he citado, son desconocidos.
Para salvar esas dificultades de paso se iniciaron los derribos de las casas adyacentes en el año 1444, y continuaron las reformas. Construcción de unos arcos para sujetar el edificio, arcos por cierto que estaban descubiertos y que dejaban la Lonja abierta por varios lados que quedaban sustentados por columnas.
En 1482, se añadió un elemento decorativo muy característico, dos figuras de piedra en los ángulos de la entrada: una figura de hombre, “Engonari”, y otra de mujer, “Engonaria”. No tenían más condición que la estética, se llevaba. Los escultores medievales llenaron Europa con estas grandes figuras humanas, figuras en semiflexión, sujetando sobre su hombro una gran piedra, inspiradas en el mitológico Atlas. Valencia no pudo resistirse a la influencia y se inspiró en obras clásicas como el Atlas Farnesio, popular entre los valencianos que gobernaron Roma en tiempos de los Borja.
Ahora veamos un poco de vida en su interior:
Justo en esos pórticos al descubierto, se realizaban las operaciones de medida y pesaje del aceite. Ningún particular podía en esa época vender aceite en su casa, ni en otro lugar que no fuera el de la Llotja del Oli, y con el peso y medida Real, hasta incluso tan solo los arroberos y tragiberos podían acarrear aceite, perteneciendo el arrendamiento de dichos servicios al Marqués de Busianos y al Conde de Casal en su momento.
Aparece también la figura del Mustasaf, que era el encargado municipal de los pesos y medidas. Solo hay que imaginarse, en lo alto de la Lonja, un banco de piedra y los comerciantes sentados, exponiendo el motivo de sus abusos ante tal juez y acatando sentencia.
Dos históricos muy importantes se fraguaron allí, “El Peso Real”, administrado por el Consejo de la Ciudad y “LaTaula de Canvis”, banco de madera que el rey Martín I donó a la ciudad en 1407. Una simple reseña que valdría la pena ampliar en otro momento.
Algo extenso, pero por curioso, es digno de leer para situarnos todavía más y lo escribo tal cual es.
Pregón publicado de orden del Bayle general de Valencia en 13 de abril del año 1644. Registrado en el libro sesenta y cuatro de letras y privilegios, pág. 336, armario 7 del Archivo del Real Patrimonio.
“Por Quanto en la lonja del aceyte de la presente Ciudad se hacen cada
día grandes abusos en tener los Medidores, Arroberos y Tragineros aceyte suyo
para vender, comprándolo de los pellejos de los Tragineros para ellos, y
mididendo aceyte sin que esté presente el dueño de él, lo que viene a redundar
en grande daño y perjuicio del bien común y queriendo evitar dichos abusos
proveemos y mandamos, que ningún Arrobero, Traginero ni Medidor de aceyte de la
Lonja de Aceyte de la presente Ciudad puede tener aceyte suyo para vender en
dicha Lonja, ni comprarlo de los pellejos de los Tragineros para ellos, e
igualmente que ningún Medidor ni Arrobero pueda medir aceyte sin que el dueño
esté presente, y que en dando las doce horas del día hasta las dos de la tarde
no puedan medir aceyte en dicha Lonja para persona alguna, baxo la pena de tres
libras exigideras de cualquiera que contraviniese, aplicaderas el tercio para
el acusador y las dos partes para S.M. Y para que no pueda alegarse ignorancia
mandamos publicar el presente público pregón en dicha Lonja del aceyte de la
presente Ciudad de Valencia= Don Onofre Sanz lo vió. Don Miguel Vives Asesor=
Lo vió. Ferriol, abogado del Real Patrimonio= Jayme Prats Notario= Día 13 de
abril 1644 refirió Pedro Pí, pregonero mayor de la presente Ciudad, haber
publicado y pregonado en el día de hoy el presente público pregón en la Lonja
de Aceyte de la presente Ciudad, en la plaza de las Pasas y delante la casita
de los Ambers. Lo autorizó Jayme Prats”.
Tomando un respiro ante lo que parece un trabalenguas y ya concluyendo, decir que en la plaza en aquel momento de las Pasas, previo había sido de la Lonja, habían muchos desordenes nocturnos y la Lonja se cerró con puertas en tres de sus lados.
Llegó 1876, y a petición de los vecinos de las calles cercanas, el Ayuntamiento acordó su demolición, y de paso las casas contiguas, formándose una plaza espaciosa con un bonito mercado de flores.
Actualmente Plaza del Doctor Collado... donde podemos observar un olivo.
Texto de Amparo Zalve Polo
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