domingo, 5 de julio de 2020

MIRAMARES. TORRE MIRAMAR, AVDA. CATALUÑA

MIRANDO HACIA ARRIBA


Hace once años, en 2009 -cómo se nos va el tiempo- finalizó en València una obra que mejoró la entrada desde la autovía V-21, la entrada a València desde el norte por Sagunto, eliminando el puente que pasaba por encima de lo que fue la vía del trenet al Grao y ahora es la gran rotonda formada por el cruce de la Av. Cataluña, Ronda Norte, Dr. Vicente Zaragozá y Av. de los Naranjos, con paso directo subterráneo hacia y desde av. Cataluña. 


                 Torre Miramar en la av. Cataluña. Foto E. Goñi, febrero 2019.

Esto que no era más que una rotonda de las importantes en los accesos a la ciudad, y que sustituía al bien llamado “Semáforo de Europa” quiso el ministerio de Obras Púbicas o de Fomento, ejecutor de la obra, darle un aire de calidad y prestigio, creando en el centro de la rotonda unas fuentes y sobre todo colocando una torre de 45 metros de altura, con acceso subterráneo, que curiosamente llamaron Torre Miramar, y que efectivamente estaba provista de un ascensor y una plataforma en voladizo, con tres lados acristalados con vistas hacia la mar con capacidad para unas 150 personas a la vez. Una vez inaugurada duró unos tres meses en funcionamiento y desde entonces está cerrada.

Actualmente la Torre Miramar tiene averiado el ascensor, con partes metálicas oxidadas y no ha sido recepcionada por ninguno de los distintos Ayuntamientos que ha tenido la ciudad desde su construcción, al contrario que el resto de la obra. Es un elemento que nadie cree que pueda dar beneficios, y sí tener un cúmulo de gastos de vigilancia y mantenimiento con bajos posibles ingresos. Por otro lado hay bastantes fincas por su alrededor que son más altas.

Fundamentalmente es su nombre el que nos ha incitado a incluir la Torre en estas anécdotas ciudadanas.

Texto de Enrique Goñi Igual

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