Fachada convento antiguo.- 14-11-2019.- Esteban Gonzalo
Tras una sobria fachada recayente a la plaza Mosén Sorell nº
3, con puerta de acceso, tres vanos para ventilación con rejas y arcos
apuntados, otras tantas ventanas y un balcón, está la desacralizada capilla de
Santa Ana que la empresa Coven Carmen, de la que es directora Elena Requena,
utiliza desde 1988 para presentación de productos, conciertos, exaltaciones
falleras, pases de modelos, exposiciones de muebles y lámparas, comidas,
cocteles y cenas de empresa y de diversas entidades.
Fue capilla de estilo neogótico edificada según el proyecto
de obras realizado en 1903 por José María Calvo, arquitecto mayor del
Ayuntamiento de Valencia, para modificar el recinto del convento de las Siervas
de María en la parte recayente a la plaza de Mosén Sorell. Comprende una nave de
182 metros cuadrados de superficie con cuatro crujías de arcos apuntados y
cabecera con bóveda estrellada.
A esta superficie hay que añadir los 100 m2 del coro en la primera planta y los 65 m2 de la sala de la cúpula en la segunda planta. Las enyesadas paredes imitan la construcción con sillares, el suelo es de piedra natural, se conservan sus vidrieras y el púlpito.
La historia de las Siervas de María en el barrio del Carmen
comenzó cuando el 3 de septiembre de 1872 a dos monjas les cedieron un piso en
la calle San Miguel, después se mudaron a la calle Milagros y cuatro años
después conformaron un convento uniendo tres viejos edificios en la plaza
Tavernes de Valldigna.
En 1979 la congregación se trasladó, por las malas
condiciones de habitabilidad del viejo cenobio, a uno nuevo, de ladrillo cara
vista y seis plantas, con fachada a la calle San Dionisio nº 6. Al nuevo
oratorio trasladaron la Virgen de la Salud y otras imágenes, así como las
pinturas de la Virgen con el Niño y Ángeles y el de la efigie de la fundadora
Santa María Soledad Torres Acosta.
Sin embargo, la larga historia de las Siervas de María en
València cesó el 16 de agosto del año 2015 cuando cerraron el convento por
falta de vocaciones y vejez de las seis monjas hospitalarias que lo habitaban y
fueron trasladadas a lugares de la orden en otras ciudades españolas.
El edificio antiguo más cercano a la calle San Dionisio,
actualmente de propiedad municipal, lo acondicionó el Centro Excursionista de
València y fue su sede entre los años 1995 y 2017.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel
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