Archivo Municipal
1933. En el centro de la plaza
había un espacio subterráneo destinado a los floristas.
Sobre la plataforma de Goerlich,
quedaba bien definida la forma triangular de la plaza Emilio Castelar. En cada
esquina, una fuente representando a las tres provincias de la región. Un gran
óculo o tragaluz, que vulgarmente se llamaba “la escupidera”, al norte de la
plataforma que se asomaba al Mercado de las Flores. Llenaban el interior del
espacio columnas y una fuente.
Los puestos fueron recibidos por
las floristas, y tras unos pocos años, en 1944, se marcharon del húmedo
subsuelo. Los quioscos de flores volvieron a la superficie, y en 1961 dio su
adiós la plataforma de Goerlich.
El desmantelamiento del Mercado
de las Flores se realizó con sumo cuidado, ya que el valor patrimonial es
importante y había que reutilizar arquitectónicamente, y en algún momento,
todos los restos. Para ello se enumeraron las piedras y se transportaron las
piezas ornamentales, como farolas, los bancos de piedra, las columnas y demás
restos al almacén municipal, sin antes ser inventariados y añadidos a los
archivos del Servicio del Patrimonio.
Piedras que se encuentran en
reconstrucción de aceras alrededor de las Torres de Serranos y Quart, en obras
de mejora del Monasterio del Puig, en la iglesia de San Pascual Baylón, en la
restauración del monumento a Sorolla, entre otros lugares.
Texto de Amparo Zalve Polo
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