lunes, 16 de septiembre de 2019

DON MANUEL GONZÁLEZ MARTÍ Y SU MUSEO NACIONAL DE CERÁMICA - I

Don Manuel en su Museo (Ca 1955)

I

No se puede entender la historia del Palacio del Marqués de Dos Aguas, en su cronología de los últimos cincuenta años del pasado siglo, una vez convertido en sede del Museo Nacional de Cerámica, sin conocer la personalidad de quien lo hiciera posible, el ilustre valenciano D. Manuel González Martí, su creador y fundador.

De brillante carácter, tertuliano amable, conversador ágil, pertinaz investigador, fascinado dibujante, decidido coleccionista, con gran capacidad de trabajo, autorizado conferenciante, no puede sorprendernos que como fruto de su trabajo se viera premiado con el logro del Museo, y a su vez, con la guinda de que fuera situado en el palaciego marco de uno de los lugares más emblemáticos de Valencia.

Nacido en la calle del Torno de San Cristóbal en 1877, junto a la del Mar, la familia fijó su residencia esquina a Roteros, en la de Palomino, sufriendo la muerte de su madre por la epidemia de cólera de 1885, y que al enfermar  su padre, pasaron a vivir en el domicilio del abuelo en la calle Pelayo.

El bachillerato lo culminó en los Escolapios y en el Instituto Luis Vives, años en los que surgió su vena editorial al crear la revista escolar "El Estudiante" (1894) junto a Maximiliano Thous.

Compaginó sus estudios de Derecho con los de Bellas Artes en la Real Academia de San Carlos, donde fraguó amistad con Ignacio Pinazo, rodeándose con lo más granado de la pintura de aquellos años: Sorolla, José Benlliure, Degrain, etc.


Tuvo entusiasta dedicación a sus tres grandes aficiones: el dibujo, los toros y el afán por coleccionar. 

Alcanzaron notoriedad sus caricaturas, que con el seudónimo de Folchi puso en marcha numerosas publicaciones satíricas, de arte y literatura, destacando Cascarrabias (1897), con sus sátiras a Maximiliano Thous, al carlismo, a Cánovas, a Navarro Reverter y a los protagonistas de Lo Rat Penat, entre otros. Sus páginas homenajearon a Blasco Ibáñez, y sus últimas apariciones fueron a caballo de la pérdida de Cuba, de la que no fue partícipe por el abono de 1500 pts que le exoneraba del servicio militar.

La revista Cascarrabias, de su creación, había aparecido en su primer número en un bajo situado en la calle María de Molina 4, cuya imprenta compartía con El Correo de Valencia.

¡Quién le iba a decir a D. Manuel, cosas del destino, que sobre el solar del bajo se construiría un nuevo edificio que se vería envuelto en la polémica, cuyo último solar serviría en 1971 para la ampliación de su Museo Nacional de Cerámica!

Fuente: 50 Años (1954-2004) Museo Nacional de Cerámica en el Palacio de Dos Aguas

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