Fotos del Archivo Municipal
Finalizaba la década de los veinte y el aspecto que
mostraban los mingitorios públicos de la ciudad dejaban mucho que desear. No
eran muchos, sin embargo, su desaliño era observable, lo que cuestionaba aún
más la responsabilidad del servicio de limpieza y mantenimiento del
consistorio.
Aunque viejos y destartalados cachivaches eran los únicos
lugares para salir al paso de las urgencias y alivio de los ciudadanos.
Esto era lo que denunciaba un lector de El Pueblo, un día de
junio de 1919, que en repetidas ocasiones dirigía su atención al existente en
el "jardín de la Audiencia", al que calificaba tan "asqueroso
como antiestético", con la urgencia de su desaparición, pero temiendo al mismo tiempo que no fuera
repuesto el servicio con otro más moderno "como se hace en las capitales
de importancia".
Continuaba su queja haciendo mención a otros semejantes y
"enojosos chismes", situados en la que fue plaza de Villarrasa, en la
calle Játiva, en la plaza de Collado, en la de Castelar -que recientemente
había sido destruido por una bomba el día del Corpus-, en la calle Colón y en
otros sitios de la ciudad.
Y hacía hincapié en la urgencia de tan necesario servicio en
toda la urbe, para que el angustiado caminante, si le "aprieta" y
le pilla lejos del Parque de Castelar, no tenga que recurrir al callejón de
marras.
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