miércoles, 19 de junio de 2019

LO PERDIDO Y LO SALVADO DEL CONVENTO DE SAN FRANCISCO


 
 Convento de San Francisco - 1885

Es la historia de un convento construido justo a las afueras de las murallas musulmanas, que en un principio era sencillo, austero y que acabó con una enorme riqueza y gran valor arquitectónico.

Era de considerable tamaño al que la comunidad monástica llenó con muchas obras de arte y reliquias.

Todo comenzó con la expropiación del convento a los monjes, y cuando el Estado lo ocupó y lo convirtió en el Cuartel de los lanceros de Numancia, y aunque ya estaba muy deteriorado, no sufrió mejoras, más allá que de transformaciones para habilitar el cuartel, hasta 1891 que comenzó su demolición.

Solares del Convento con su jardín al fondo

Supuso la pérdida de una gran parte de sus riquezas, tanto de obras de arte como de su arquitectura.

Desaparecieron los frescos de los claustros y el propio edificio gótico del que prácticamente no se conserva nada. Afortunadamente, una de las puertas del convento se encuentra en la salida al patio de la Casa Museo Benlliure.

Tuvieron suerte obras de arte como un Salvador Eucarístico obra de Juan de Juanes que se conserva en el museo San Pio V. Otras obras de grandes pintores también fueron rescatadas, como las de Fray Antonio Villanueva, Gaspar de la Huerta, Vicente Victoria, José Vergara, Esteban March.

Entre las reliquias que se salvaron se encuentran los restos del rey moro Abu Zeyt -que ya cristiano tomó el nombre de Vicent Devís- y las de los dos frailes franciscanos, Juan de Perusa y Pedro de Saxoferrato, a los que él mismo torturó y dio muerte en 1228.

Con todo, fue una de las mayores pérdidas patrimoniales que sufrió Valencia.

Una vez más llevados por el afán de deshacerse de una ciudad antigua que perjudicaba la entrada a  la nueva modernidad valenciana.

Texto de Amparo Zalve Polo

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