Convento de San Francisco - 1885
Es la historia de un convento construido justo a las afueras
de las murallas musulmanas, que en un principio era sencillo, austero y que
acabó con una enorme riqueza y gran valor arquitectónico.
Era de considerable tamaño al que la comunidad monástica
llenó con muchas obras de arte y reliquias.
Todo comenzó con la expropiación del convento a los monjes, y
cuando el Estado lo ocupó y lo convirtió en el Cuartel de los lanceros de
Numancia, y aunque ya estaba muy deteriorado, no sufrió mejoras, más allá que de
transformaciones para habilitar el cuartel, hasta 1891 que comenzó su
demolición.
Solares del Convento con su jardín al fondo
Supuso la pérdida de una gran parte de sus riquezas, tanto
de obras de arte como de su arquitectura.
Desaparecieron los frescos de los claustros y el propio
edificio gótico del que prácticamente no se conserva nada. Afortunadamente, una
de las puertas del convento se encuentra en la salida al patio de la Casa Museo
Benlliure.
Tuvieron suerte obras de arte como un Salvador Eucarístico
obra de Juan de Juanes que se conserva en el museo San Pio V. Otras obras de
grandes pintores también fueron rescatadas, como las de Fray Antonio Villanueva,
Gaspar de la Huerta, Vicente Victoria, José Vergara, Esteban March.
Entre las reliquias que se salvaron se encuentran los restos
del rey moro Abu Zeyt -que ya cristiano tomó el nombre de Vicent Devís- y las de los dos
frailes franciscanos, Juan de Perusa y Pedro de Saxoferrato, a los que él mismo torturó y dio muerte en 1228.
Con todo, fue una de las mayores pérdidas patrimoniales que
sufrió Valencia.
Una vez más llevados por el afán de deshacerse de una ciudad
antigua que perjudicaba la entrada a la
nueva modernidad valenciana.
Texto de Amparo Zalve Polo
No hay comentarios:
Publicar un comentario