La foto de la falla plaza Pellicers de 1932 sale al paso por los vuelos de un zeppelin que en los últimos años se habían repetido sobre el cielo valenciano y a no muy elevada altura.
Se sabe del primero en 1929 cuando Barcelona se convirtió en sede de la Exposición Internacional. El certamen duró desde mayo de 1929 hasta enero de 1930.
Una semana en el mes de octubre se dedicó al país alemán. Y en su consecuencia, concretamente, al anochecer el día 23 y a las veinte horas en punto, los valencianos se vieron sorprendidos ante la presencia de un gran artefacto que irrumpía en los cielos de Valencia sobrevolando la ciudad a muy poca altura, llegado desde Barcelona. Se trataba del Graf Zeppelin, una nave modelo LZ-127, cuyo primer vuelo lo realizó el 18 de septiembre de 1928.
Una semana en el mes de octubre se dedicó al país alemán. Y en su consecuencia, concretamente, al anochecer el día 23 y a las veinte horas en punto, los valencianos se vieron sorprendidos ante la presencia de un gran artefacto que irrumpía en los cielos de Valencia sobrevolando la ciudad a muy poca altura, llegado desde Barcelona. Se trataba del Graf Zeppelin, una nave modelo LZ-127, cuyo primer vuelo lo realizó el 18 de septiembre de 1928.
El gran dirigible alemán quiso acercarse hasta el centro de Valencia, y tras dar
varias vueltas sobre sus calles, regresó a la ciudad condal.
Sin embargo, más parecía que se había parado para su contemplación por los valencianos sobre la plaza Castelar, donde un público entusiasta le dirigió sus aplausos. Lo mismo sucedió en la plaza de la Reina y en la Glorieta, gracias a un potente reflector portado por el propio zeppelin que lanzaba haces de luz iluminando su camino. Tras un recorrido de quince minutos sobre la ciudad, se dirigió al Marítimo donde fue despedido por las sirenas de los barcos en la dársena del Grao en su regreso hacia Barcelona.
Sin embargo, más parecía que se había parado para su contemplación por los valencianos sobre la plaza Castelar, donde un público entusiasta le dirigió sus aplausos. Lo mismo sucedió en la plaza de la Reina y en la Glorieta, gracias a un potente reflector portado por el propio zeppelin que lanzaba haces de luz iluminando su camino. Tras un recorrido de quince minutos sobre la ciudad, se dirigió al Marítimo donde fue despedido por las sirenas de los barcos en la dársena del Grao en su regreso hacia Barcelona.
Tuvimos el honor de que nos quisiera visitar el más
emblemático de todos cuantos se construyeron, bautizado con el nombre de Graf
Zeppelin, por la hija del conde Ferdinand Graf Von Zeppelin el 8 de julio de 1928.
Como postdata, decir que existieron varios dirigibles
españoles. El 11 de julio de 1908 los ingenieros aeronáuticos Torres Quevedo y
Kindelán hacen volar por Guadalajara el magnífico dirigible tritubular,
construido por ellos mismos y adoptado luego en Francia y Estados Unidos.
Texto de Amparo Zalve Polo
Texto de Amparo Zalve Polo
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