Casi enfrente de la Casa de les Roques, en el número 5 de la
calle Roteros, principal derivación de la calle Serranos y de entrada al barrio
del Carmen, destaca la fachada del Horno-Pastelería Montaner, cuya pared con la
calle Palomino exhibe un tramo de la muralla musulmana, de ocho metros de longitud
y siete de altura, también visible en el interior del establecimiento desde las
rehabilitaciones realizadas entre los años 2001 al 2005. Desde entonces y para
información de los visitantes hay una placa de bronce con la leyenda “Forn i
Pastisseria Montaner. Lienzo de la muralla árabe de Valencia (siglo XI)”.
Luminoso, atrayente, incluso coqueto local, donde destacan:
una magnífica exposición de fotografías sobre las riadas del 14 de octubre de
1957, que en ese barrio afectó incluso a los primeros pisos, y las delicias
expuestas en sus vitrinas, donde el dilema es elegir, tanto en dulce como en
salado.
Está gestionado por Vicente Montaner Llabata y su esposa
Consuelo García Barbeta, tercera generación de horneros, saga que iniciaron en
1932 Enrique Montaner Benlloch y Dolores Agustí Benavent, y continuó,
principalmente su hijo Vicente, padre del dueño actual, quien tras el desastre
de las riadas abrió otro horno en la Fonteta de Sant Lluis, cuando pudo
recuperó el viejo, puso en marcha la Escuela de Panadería y Pastelería de
Valencia y fue durante muchos años presidente de Unión Gremial.
Un horno-pastelería que muestra orgulloso el Premio que el
pasado 8 de enero le entregó Archival, la Asociación para la Recuperación de
los Centros Históricos de España, para reconocer la preclara trayectoria
familiar aportando calidad en lo que venden
e importancia turística al centro histórico.
Texto y fotos de Esteban Gonzalo Rogel
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